Pan para  mayo

<p data-src=https://hoy.com.do/wp-content/uploads/2006/12/83142941-9D92-4FEC-A64F-DA668A2E9BD0.jpeg?x22434 decoding=async data-eio-rwidth=272 data-eio-rheight=390><noscript><img
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A partir de hoy se experimentará un «boom» en el medio circulante, al poner el Gobierno y el sector privado aproximadamente diez mil millones de pesos en manos del público.

Se calcula que el Gobierno distribuirá cerca de cuatro mil quinientos millones entre sus servidores y que el sector privado colocará al menos cinco mil quinientos millones en manos e empleados y trabajadores, por concepto de regalía pascual.

Semejante estímulo modifica de manera sustancial los patrones regulares de demanda de bienes y servicios, pues es mucha la gente que se lanza a comprar mercancías propias de esta época del año.

La presión sobre la oferta y las ambiciones desmedidas de sectores comerciales provocan a su vez especulación y alzas abusivas en los precios de todo lo que se compra o vende.

Un elemento sicológico que alimenta la especulación es que la gente, con disponibilidad extraordinaria de recursos, suele regatear menos por las alzas de precios.

En fin, que a partir de hoy es casi seguro que habría un repunte en la demanda y, por consecuencia, de las ventas del comercio en sentido general.

Es una tradición que para esta época del año haya un desbordamiento de los patrones y hábitos de consumo, sobre todo porque las fiestas estacionales se han comercializado de tal manera que lo único que parece importar es el consumo.

-II-

Sin embargo, a diferencia de otras épocas similares, en esta oportunidad merodea el fantasma de la incertidumbre por la forma en que la reforma o rectificación fiscal rebuscará en los bolsillos de las familias de bajos ingresos. Todos coinciden en que, en el fondo, habrá erosión sobre el poder adquisitivo, pero todos, también, están a la expectativa de la magnitud de esa erosión.

A partir del discurso con el que el Presidente Leonel Fernández refirió las líneas generales de la reforma o rectificación fiscal, se ha ido popularizando la expresión de que «enero viene duro», significando esto que el año 2007 empezará con dificultades.

Estas proyecciones en cuanto a los efectos de la reforma deberían motivar en la gente que a partir de hoy adquiere ingresos económicos extras el interés por ser comedidos en el gasto y poner en práctica el ahorro.

Aunque hay que reconocer que la gente vive llena de dificultades y que trata de «darse» con el doble sueldo todo lo que se ha estado negando el resto del año, los augurios sobre enero deberían justificar una actitud de ahorro.

La disponibilidad de dinero debería aprovecharse para atender prioridades, necesidades reales del hogar y sus integrantes, y relegar lujos y placeres a segundos planos.

Todos parecen convencidos de que «enero viene duro», pero el no saber qué tan duro debe conducirnos a extremar las precauciones, a ser cautelosos en el gasto y a invertir bien el dinero extra recibido.

No estamos, en modo alguno, convocando a una abstención del disfrute de la Navidad, sino a hacerlo con la sobriedad que las circunstancias aconsejan. Sugerimos algo así como «guardar pan para mayo».

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