CIUDAD DE PANAMÁ Los panameños elegían el domingo entre seis candidatos, la mayoría afines al sector empresarial, para liderar el núcleo financiero y comercial de Centroamérica durante los próximos cinco años, en unas elecciones presidenciales centradas en la lucha contra la corrupción y la desaceleración económica.
La votación se celebraba después de las revelaciones sobre lavado de dinero en los llamados Papeles de Panamá, que mancharon la reputación del país a nivel internacional. La filtración de documentos financieros secretos mostró cómo algunos de los más ricos del mundo ocultaban su dinero utilizando sociedades pantalla en Panamá y otros países.
Pese al escándalo, Panamá sigue siendo un lugar estratégico para el comercio, gracias a la bulliciosa ruta naviera del Canal de Panamá y a un aeropuerto internacional ampliado hace poco.
Laurentino Cortizo, un ganadero de 66 años que estudió administración de empresas en Estados Unidos, lidera los sondeos como candidato del Partido Revolucionario Democrático, o PRD. Cortizo, que fue ministro de Agricultura bajo el presidente Martín Torrijos, ha prometido limpiar la imagen del país tras los recientes escándalos de corrupción.
El siguiente en las encuestas es Rómulo Roux, un empresario de 54 años del Partido Democrático. Roux tiene el apoyo del magnate de supermercados y expresidente Ricardo Martinelli, que está en prisión a la espera de juicio por cargos de espionaje político. Roux ocupó varios puestos en el gobierno de Martinelli, incluido ministro de Asuntos del Canal y ministro de Exteriores.
Roux ha destacado durante su campaña que la economía de Panamá solo creció un 3,8% el año pasado frente a la expansión del 10,7% en 2012, cuando gobernaba Martinelli.
El top tres lo completa un candidato independiente que pudo presentarse tras reunir miles de firmas. Ricardo Lombana, de 45 años, es un abogado que ganó relevancia a través de un movimiento ciudadano hace varios años que cuestionaba la impunidad y corrupción en el país. Los estrategas políticos consideran improbable una victoria de Lombana, pero la atención que ha logrado podría convertirlo en un firme candidato en los comicios de 2024.
Su campaña se ha centrado en ganar apoyos en medios sociales, en lugar de con los costosos avisos de televisión que prefieren los candidatos de los tres principales partidos políticos del país.
A los votantes panameños también les preocupan el creciente desempleo, el declive de las escuelas públicas, un suministro de agua poco fiable y un servicio insuficiente de recogida de basuras en la capital.
El presidente saliente Juan Carlos Varela, un conservador de 55 años y veterano de la industria de las bebidas alcohólicas, será recordado probablemente como el líder que estrechó los lazos políticos y económicos del país centroamericano con China. Panamá estableció relaciones diplomáticas con China y rompió con Taiwán en 2017.
Varela, que asumió la presidencia con promesas de perseguir la corrupción y bajar los precios de la comida, deja el gobierno con bajos índices de popularidad. La constitución veta la reelección. El mayor logro de Varela es la apertura a China, señaló el analista político Roberto Eisenmann. El acercamiento político a Beijing es “un paso que debió haberse dado hace 15 años”, dijo Eisenmann a The Associated Press.
China y Estados Unidos son los principales clientes del Canal de Panamá, el motor económico del país. Estados Unidos completó la construcción del canal en 1914, creando una ruta transoceánica a través de un istmo de lo que entonces era una provincia de Colombia. Estados Unidos entregó el control del canal a Panamá en 1999, con garantías de que seguiría siendo una zona neutral que no favorecería a ningún país en perjuicio de otro.
Varela presionó para reforzar los lazos con China pese a los años de presiones estadounidenses para que diera marcha atrás en el acercamiento diplomático. Varios países latinoamericanos han cortado lazos con Taiwán en los últimos años y recibido generosas inversiones de infraestructuras dentro de la iniciativa china Cinturón y Ruta de la Seda. Estas inversiones han avivado algunos temores en Washington a que China esté construyendo alianzas en la región, quizá a expensas de los intereses económicos y geopolíticos de Estados Unidos.
“Nosotros siempre hemos vivido a la sombra de Estados Unidos y era bastante obvio que Estados Unidos hubiera preferido no hubiéramos dado ese paso” de establecer relaciones diplomáticas con China, dijo Eisenmann.