Panamá, un país que se siente herido y vapuleado tras las filtraciones

Panamá, un país que se siente herido y vapuleado tras las filtraciones

Panamá. Hace justo un año, este pequeño país de menos de 4 millones de habitantes acaparó las miradas del mundo entero porque fue el escenario del primer e histórico apretón de manos entre Raúl Castro y Barack Obama. Panamá dio entonces la imagen de un país de consenso, comprometido con la diplomacia y con vocación de istmo.   Un año más tarde, las cámaras de los medios de comunicación más prestigiosos del mundo han vuelto a inundar las congestionadas calles de la capital panameña. Pero esta vez, la situación es bien distinta.

El escándalo de los denominados “Papeles de Panamá” ha caído como un jarro de agua fría en este país centroamericano que ha hecho de la discreción y la diplomacia su manera de desenvolverse a lo largo de los años en la intrincada geopolítica del continente.   Los panameños se sienten heridos en su orgullo, cuestionados y vapuleados injustamente desde el pasado domingo, cuando decenas de medios internacionales publicaron que cientos de personalidades de todo el mundo contrataron los servicios del bufete panameño Mossack Fonseca para crear compañías “offshore” (extraterritoriales) en distintos paraísos fiscales y supuestamente evadir impuestos.

Desde entonces, en los ascensores, en el metro, en los bares y en las ruedas de prensa de las autoridades panameñas, se repite como un mantra la misma idea- no tiene sentido que se haya usado el nombre de Panamá en el título de las filtraciones cuando hay una veintena de países y jurisdicciones implicadas en el macroescándalo.

“Panamá quiere dejar claro que esta situación, a la que se ha mal llamado ‘Papeles de Panamá’ no es un problema de nuestro país sino de muchos países del mundo, cuyas estructuras legales y financieras son todavía vulnerables a ser utilizadas para fines que no representan el bien común de los ciudadanos”, denunció el presidente, Juan Carlos Varela, en un discurso televisado.

El Gobierno y el pueblo panameño se sienten víctimas de una conspiración contra su centro financiero, uno de los más sólidos y competitivos de la región, y critican la doble moral de organismos internacionales como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que aloja países y jurisdicciones donde el secreto y la falta de transparencia es grande.   “Claramente aquí lo que pareciera es que hay una intención de hacerle daño a nuestro país desde el exterior”, sostuvo el ministro panameño de Economía y Finanzas, Dulcidio de la Guardia.   “Las Islas Vírgenes Británicas y el Estado de Delaware (en Estados Unidos) compiten con las sociedades anónimas de Panamá ¿Allá son buenas y aquí malas?”, se preguntó por su parte en su Twitter el expresidente Ernesto Pérez Balladares (1994-1999).

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