BERLIN. (AFP) – Una pandemia de lesiones diezmó a diestra y siniestra el firmamento del Mundial Alemania-2006, con estrellas entre algodones como el inglés Wayne Rooney, el argentino Lionel Messi y el alemán Michael Ballack, mientras que el francés Djibril Cissé tuvo que decirle adiós al torneo.

Los jugadores parecen de cristal, pero la fractura de tibia y peroné sufrida por Cissé al impactar contra el chino Zheng Zhi, en un partido amistoso jugado el miércoles, fue otra prueba del desprecio por el rival que impera en las canchas.

“Si bien no estará físicamente con nosotros, formará parte del grupo”, dijo el defensa central Lilian Thuram, al transmitir el desconsuelo de sus compañeros al empañarse la victoria (3-1). La FIFA ha impartido claras instrucciones a los árbitros para castigar en este Mundial el juego que ponga en riesgo la integridad física del adversario, pero también los futbolistas están bajo tremendas presiones, incluso de sus propios clubes.

A los ingleses les volvió el alma al cuerpo al observar en las últimas horas el regreso de su idolatrado Rooney al entrenamiento de la selección en Buhlertal (sudoeste alemán).

La gran esperanza inglesa de 20 años había sido sometido el miércoles en Manchester a un escáner en el pie izquierdo, tras haberse fracturado el 29 de abril en un partido de liga contra el Chelsea.

“Ahora está en manos del equipo médico de Inglaterra”, dijo el club, aunque podría decirse que está en manos de Dios entre tanto estrés, temor y obligación de entrar a la cancha a toda costa.