Entrevista realizada en el Patronato Nacional de Ciegos, con la participación de Rita Espaillat, Alejandra Ventura Presidente de la fundación , Wilfredo Malleen y jóvenes que están en rehabilitación, la entrevista estuvo a cargo de Lili Luciano de la Esquina Joven. Hoy/Arlenis Castillo/17/12/
El tacto es un sentido fundamental para las personas invidentes y con baja visión. No obstante, la pandemia de la Covid-19 nos obliga a cumplir unas normas de distanciamiento físico que quienes necesitan tocar para ver tienen complicado cumplir.
Dos metros de distancia es un serio problema para aquellas personas que, por sus limitaciones visuales, no son capaces de determinar con precisión esa distancia respecto a otros individuos.
Es por ello que desde la aparición de la pandemia la vida de las personas con discapacidad visual se ha hecho aún mas compleja, especialmente para los jóvenes del Patronato Nacional de Ciegos, que ya tenían establecidas unas rutinas de formación y desarrollo de habilidades sociales.
Una realidad que ha obligado a los directivos del patronato a readecuar sus servicios para poder seguir prestando servicios.
En ese sentido, Karina, quien padece ceguera de nacimiento y está en la entidad desde hace 11 años, explica que aun en medio de la pandemia han seguido recibiendo servicios, pero no deja de reconocer que la aparición del coronavirus les ha trastornado la vida.
“Esta situación ha sido muy dura, en mi caso particular tuve pérdidas de familiares por Covid-19, también me he sentido un poco depresiva , debido a que la movilidad se me ha vuelto más incómoda”, explica.
Joel, joven de 26 años y cuya visión perdió tras recibir un golpe con una pelota béisbol, asiste al patronato desde el 2014.
Allí aprendió a vivir sin visión se formó como masajista y actualmente trabaja en una institución del Gobierno. “Sí, para las personas que no tenemos visión esta pandemia ha sido más compleja, porque no podemos tocar como antes para identificar las cosas y transitar”, refiere.
Baja visión. El Patronato Nacional de Ciegos, también presta servicios a personas con esta condición. Keiby Vanessa, es una de ellas. Debido a una enfermedad degenerativa que le afectó la zona de la retina, desde los 12 años empezó a perder la visión.
“Tengo un año en el patronato, a pesar de que ha sido un tiempo difícil, aquí estoy aprendiendo a sobrellevar mi situación”, explica.
En el patronato es donde encuentro personas para socializar mi problema, agrega.
Entrenamiento frente a la pandemia. Para hacerle frente a la pandemia, el Patronato Nacional de Ciegos ha tenido que reinventarse para poder sostener los servicios a las personas que no pueden ver.
Alexandra Ventura de Gómez, presidenta del Patronato, explica que a raíz de la parición del coronavirus, han tenido que reformular todos los programas de entrenamientos.
“No hemos parado a pesar de la situación de la covid-19, lo que hicimos fue readecuarnos: instalamos sistemas informáticos especializados para dar clases virtuales, damos entrenamientos semipresenciales y en algunos casos vamos a la casas, dice.
¿Cómo funciona? Personal del Patronato ha subido en un blog los vídeos instructivos, pero una persona de la familia tiene que asumir el rol de tutor para acompañar en el proceso de aprendizaje del ciego.
Igualmente la presidenta del patronato aseguró que las clases se centran en que los ciegos aprendan a manejarse en su cotidianidad.
“Es lo que le denominan el proceso de “rehabilitación del ciego. Aprenden a usar el bastón y a realizar cosas cotidianas como lavar, planchar, cocinar, arreglar su closet, asearse y a aceptar su condición”, manifestó.
Necesitan ayuda para normalidad. Si bien el Patronato Nacional de Ciegos, actualmente tiene en marcha un proyecto virtual que le permite educar desde la distancia con monitoreos semipresenciales, se encamina a elaborar un plan que les permita volver a la normalidad, ya que necesitan más recursos para poder volver a la normalidad.
La presidenta de la entidad, además, explica que las ayudas que recibe el patronato representan una tercera parte de los gastos que tiene la institución, y el resto de los ingresos se gestionaban con las actividades que actualmente están suspendidas, por eso realiza un llamado a todo el que desee acercarse y ayudar a patrocinar el programa de educación virtual, ya que hay muchas maneras de decir presente.
De su lado, los miembros de la junta directiva, Wilfredo Mallén y Rita Espaillat, coincidieron en que la población no vidente de nuestro país es muy pobre y por eso muchos no cuentan ni siquiera con recursos para poder seguir recibiendo su rehabilitación.
Mallén dijo además que el patronato no solo trabaja enfocado en el entrenamiento sino que también capacita para el empleo y para el emprendimiento.
Sobre la institución. El Patronato Nacional de Ciegos tiene tres centros regionales (Santo Domingo, Santiago y Barahona) y once oficinas de apoyo en igual cantidad de municipios cabeceras, y se maneja con un presupuesto anual de 30 millones de pesos, de los cuales el Estado solo le facilita 13.5 millones a través del Ministerio de Salud Pública.
El resto lo consigue con actividades y servicios que brinda, pero este año será difícil, pues todas las actividades de recaudación han sido suspendidas por el Covid-19.