Desesperanza, sentido de culpa, pocas ganas de vivir, sentimientos de abandono, ansiedad y aislamiento social son algunas de las señales que pueden indicar que se está ante una persona con pensamientos suicidas, por lo que expertos en la conducta humana piden buscar ayuda inmediata cuando perciban esos signos en algún familiar o amigo.
El planteamiento fue expuesto durante el panel “Comprendiendo el suicidio desde el ámbito personal”, en un acto celebrado ayer en el Auditorio Manuel del Cabral de la Biblioteca Pedro Mir, en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).
En el panel participaron el doctor Jorge Morillo, psicólogo clínico; la doctora Yomaly Almonte, médica psiquiatra, y Pilar Sánchez, presidenta de la Fundación Ángeles de la Guardia, quienes alertaron sobre la urgencia de no pasar por alto ese tipo de señales, que podrían ser evidencias de un posible suicidio.
La culpa es lo principal. El doctor Morillo señalo que en su experiencia como psicólogo ha percibido en pacientes signos como la depresión, la ansiedad, la desesperación y desesperanza de la vida, pero que el elemento más recurrente en los casos tratados es el sentimiento de culpa.
“Para mí la puerta a la idea suicida es la culpa. Un sujeto puede sentirse deprimido, pero si no tiene culpa es muy difícil llegar al suicidio”, expresó el especialista.
De su lado, la doctora Almonte dijo que los padres de manera especial deben prestar atención a los adolescentes que viven deprimidos y que expresan no sentirse queridos.
Indicó que no deben ver eso como normal o como algo sin importancia y tampoco sentir miedo, sino que tras observar esa conducta en el paciente, buscar ayuda profesional adecuada.
Ausencia del padre. Un aspecto que el doctor Morillo destacó como importante a la hora de diagnosticar esas señales en los adolescentes es la ausencia de la figura paterna.
Entiende que el padre, sobre todo cuando se trata de un varón, es quien construye el súper yo o la conciencia moral del niño y que por consiguiente es preciso la presencia del padre.
Otras señales. Para Pilar Sánchez, quien dirige una fundación que se encarga de luchar para prevenir el suicidio, existen otras señales que a veces no llaman mucho la atención, como el descuido personal, abandono repentino de costumbres, dejar de ir sin motivos aparentes a lugares que visitaba con regularidad, entre otros.
Dijo que lo importante es estar atentos ante cualquier situación anormal que se pueda observar en el individuo. Agregó, basada en su experiencia, como alguien que ha sufrido el suicidio de un ser cercano, que las muertes por esa causa dejan cicatrices enormes en la familia, ya que se quedan con pensamientos de que pudieron o no evitarlo.
La actividad fue organizada por la Escuela de Psicología de la Facultad de Humanidades de Universidad Autónoma de Santo Domingo y participaron académicos, profesionales de la conducta humana y estudiantes.
Al dar la bienvenida, Noris de la Cruz, directora de la Escuela de Psicología, manifestó que el evento busca preparar a las personas para tratar con potenciales suicidas.
Dijo que ese es un tema que no hace diferencia por clases sociales, edades, ni preparación académica, sino que puede afectar a cualquier persona.