De EFE
Como un castillo de naipes, las bolsas comenzaron a caer una tras otra en todo el mundo después de que “Citigroup”, uno de los mayores bancos del mundo, anunciase el peor resultado trimestral de su historia bicentenaria.

El tercer banco del mundo por activos perdió en los últimos tres meses de 2007 casi 10.000 millones de dólares, las peores cifras de los 196 años de historia de la entidad, con sede en Nueva York.

En el conjunto del año, el gigante financiero ha visto cómo su beneficio anual caía un 80 por ciento, hasta los 3.500 millones de dólares.

Por ello, y también por primera vez en su historia reciente, Citigroup ha decidido recortar su dividendo en un 41 por ciento, hasta los 32 centavos por acción, algo que en noviembre, cuando los efectos de la crisis hipotecaria en EE. UU. empezaron a destaparse, la cúpula del banco aseguró que jamás ocurriría.

En el origen del problema está la crisis generada por las hipotecas subprima (concedidas a gente con un alto perfil de riesgo), cuyas consecuencias han acabado por afectar al sistema financiero internacional.

Los subprima son créditos hipotecarios de alto riesgo, es decir, concedidos a personas que no acreditan suficientemente sus ingresos o que no tienen solvencia financiera, es decir bienes que avalen los préstamos.

Durante unos años el sistema funcionó bien, porque los bajos tipos de interés que disfrutaba Estados Unidos hicieron que la morosidad se mantuviera en niveles mínimos, aunque todo empezó a cambiar a finales 2006, cuando la tasa de impagos alcanzó el nivel máximo de la última década.

Confluyeron entonces dos situaciones: el alza de los tipos de interés aumentó la tasa de impagados, que llegaron al 58 por ciento, y el estancamiento del sector inmobiliario, que hace que sea difícil vender las viviendas.

Muchos especialistas dirigieron sus críticas hacia las entidades financieras, por los bajos niveles de control que habían aplicado, y también hacia las agencias de calificación, que respaldaron con sus recomendaciones los numerosos fondos de inversión que se estaban creando con el respaldo de las subprimas.

Lo cierto es que el sistema financiero se ha quedado en los últimos meses sin la liquidez necesaria para su correcto funcionamiento, y los bancos centrales han debido inyectar miles de millones de dólares en el sistema para evitar el crac.

Por su esto fuera poco, los últimos datos del consumo en EE. UU. son bastante desalentadores: la ventas en el sector minorista en diciembre, el tradicional mes consumista, bajaron en un 0,4 por ciento, más de lo que esperaban los expertos, teniendo en cuenta que en noviembre habían subido un 1 %.

El escenario de recesión se completa con unas precios de la energía cada vez más altos, hasta el punto de que el propio ministro saudí de petróleo, Ali Al-Naimi, reconoció que el alto precio del crudo es uno de los factores que hacen temer una recesión en EE. UU. y dijo que a su país no le conviene que eso suceda.

Los datos afianzan algo más la impresión de los analistas en el sentido de que la Reserva Federal de EE. UU. Podría bajar los tipos de interés a finales de mes, incluso en medio punto porcentual, para estimular el crecimiento de la economía.

Escenario

Las bolsas comenzaron a caer una tras otra en todo el mundo después de que “Citigroup”, uno de los mayores bancos del mundo, anunciase el peor resultado trimestral de su historia bicentenaria.

Los últimos datos del consumo en Estados Unidos son bastante desalentadores: las ventas en el sector minorista en diciembre, el tradicional mes consumista, bajaron en un 0,4 por ciento, más de lo que esperaban los expertos.

El escenario de recesión se completa con unos precios de la energía cada vez más altos.