Pánico policial

Pánico policial

En primer lugar, debemos conocer que la policía es una fuerza de seguridad encargada de mantener el orden público y la seguridad de los ciudadanos. En la mayoría de los sistemas legales, el principal rol de la policía es disuadir e investigar crímenes en contra de las personas o que afecten el orden público, así como el arresto de sospechosos, e informe a las autoridades competentes.

La Policía, en todas partes del mundo, suele tener un servicio de emergencia que provee seguridad en la vía pública, así como en emergencias, desastres y situaciones de búsqueda y rescate.

Y ciertamente, para que sea lícita la práctica de una diligencia de control o registro es exigible, de un lado, que exista una norma que ampare la actuación de la autoridad o de sus agentes y, de otro, que se respeten los principios de proporcionalidad y exclusión de la arbitrariedad. Yo siempre me he pregunto si es que aquí la psicología de los miembros de esas instituciones se desarrolla bajo el crédito de que a base de injusticias, maltrato humano, agresividades verbales y abuso de género se ganan el respeto de la sociedad; espero que de una vez y por todas tomen conciencia que así nunca lo van a lograr.

La campaña “Policía no me mate, que yo me paro”, o “Policía no me mate, yo me paro en la claridad”, se inició en las redes sociales y en pocas horas, llamó la atención de los grandes medios de comunicación dominicanos. Esto se inició como consecuencia de varios incidentes dados luego de que la policía mandara a parar a unas personas que transitaban, y como no le hicieron caso porque temían pararse en la oscuridad ignorando quienes le daban la orden y por qué lo hacían, pues la policía le disparó a matar. Esto ha generado que en las redes sociales de Facebook y Twitter, las expresiones de repudio a la práctica policial corran como pólvora.

Parece mentira que en esta sociedad donde cada vez  es mas notable que ni viviendo en una jaula de cristal uno puede sentirse seguro, porque en cualquier momento  la delincuencia nos arropa, en la instancia responsable de velar por la seguridad del ciudadano no se pueda confiar y sea de quienes más temamos, ¿hasta dónde vamos a llegar en República Dominicana?

Como lo que está en juego aquí es la vida de muchos dominicanos, pues pareciera verdadera la dramática consigna que comenzó a circular en redes sociales, como consecuencia de esta temida situación. Queda demostrado que la sociedad ha dividido aguas y que las posiciones están cada vez más lejanas entre sí; lo que ha provocado que una vez más, en los ciudadanos lo que quede marcado psicológicamente sean los disímiles traumas vividos y adquiridos.

Entiendo que mejor debemos trabajar por reclutar y mantener un proceso de evaluación psicológica adecuada a la hora de escoger los miembros que formarían las filas de la Policía Nacional, y adiestrarlos con sabiduría sobre la importancia que tiene ganarse el respeto y la valoración de la sociedad en la que viven.

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