POR ROSARIO TIFÁ
El pantalón corto se ha convertido desde décadas en una de las prendas de vestir favoritas del verano y propiamente con mayor demanda en los países de climas tropicales, donde el candente sol y el calor son recurrentes.

Generalmente, estos pantalones que inicialmente se llevaban sobre las rodillas, sin diferencia de sexo, con el paso de los años se han ido acortando para beneficio de un mercado femenino cada día más liberal y moderno.

Su diseño se ha sido transformando al punto de convertirse en una prenda con una excesiva comodidad que raya muchas veces en el atrevimiento.

En esta temporada, aunque se usan de todos los largos, los más usuales parten desde las rodillas, mitad de los muslos y tan excesivamente cortos que tocan el inicio de los glúteos.

Aunque la mayoría de los diseños han sido creados para una mujer tradicional, moderna y que prefiere la comodidad, lo extra cortos están dirigidos a las muy jóvenes y, por supuesto, más atrevidas.

Para su confección se utilizan telas frescas, vaporosas como algodón crudo o con sus mezclas, lino, seda, hilo y otras texturas elaboradas con fibras naturales.

Los shorts –como popularmente han sido identificados– se usan en todos los colores, predominando el blanco, un aliado del verano, así como los estampados florales, en ramos, bolas y listas.

En las tiendas de la ciudad se encuentran en diversos diseños, desde los clásicos lisos tipo bombacho hasta baggi.

Estas diminutas piezas se pueden acompañar de un cómodo y vistoso T-shirts, una holgada blusa o una fluida y fresca camisa.

Las sandalias también son sus mejores aliadas, siempre que el diseño esté en consonancia con una prenda que empezó su evolución en los 50 como pieza meramente deportiva.

Los pantalones cortos o shorts ocuparán siempre un lugar en el armario femenino y masculino con un uso sin límite de espacio y tiempo, pero con una mayor participación en la temporada de verano.