Ciudad del Vaticano (EFE).- Benedicto XVI impuso hoy a los 15 nuevos purpurados el anillo cardenalicio – el otro signo, junto al capelo, de los príncipes de la Iglesia- durante una misa en la que subrayó que pretende que durante su Pontificado se edifique una Iglesia basada en la caridad y pidió la ayuda a los cardenales.

En el día en el que la Iglesia conmemora la Anunciación del Señor, Benedicto XVI pronunció en la plaza de San Pedro una homilía de marcado carácter mariano, en la que dijo que cada comunidad eclesial, como María, está llamada a acoger con total disponibilidad el misterio de Dios, “que le empuja hacia el camino del amor”.

“Es ese el camino hacia el que he querido encaminar mi Pontificado, invitando a todos a edificar la Iglesia en la caridad, como comunidad de amor. Para lograr ese fin, queridos hermanos cardenales, necesito de su vuestra cercanía, espiritual y eficaz, que es de gran apoyo y conforto”, afirmó.

Benedicto XVI hizo votos para que el Colegio de Cardenales ayude a la Iglesia “a irradiar en el mundo el amor de Cristo”.

El Papa Ratzinger recordó también que hace un año por estas fechas la vida de Juan Pablo II entraba “en la última fase, dolorosa y triunfal” (falleció el 2 de abril de 2005).

El Obispo de Roma subrayó la importancia del principio mariano en la Iglesia, precisando que fue particularmente evidenciada por Juan Pablo II y que durante su Pontificado “se manifestó ante los ojos de todos la presencia de María”.

Esa presencia, aseguró Ratzinger, “fue más que nunca advertida” por Juan Pablo II el 13 de mayo de 1981, cuando fue tiroteado en la plaza de San Pedro por el terrorista turco Ali Agca.

Juan Pablo II siempre mantuvo que sobrevivió al atentado gracias a María. Wojtyla nunca se cansó de afirmar que “una mano disparó (la de Agca) y otra (la de María) desvió la bala”.

Tras la homilía y ante unas 20.000 personas, entre ellas medio millar de españoles y una delegación oficial encabezada por la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, el Pontífice procedió a la imposición de los anillos.

“Recibe este anillo de la mano de Pedro y sepas que con el amor del Príncipe de los Apóstoles se refuerza tu amor hacia la Iglesia”, pronunció el Papa en latín mientras colocaba el anillo a cada uno de los 15 cardenales, entre ellos los arzobispos de Toledo (España), Antonio Cañizares, y Caracas, Jorge Urosa.

Los nuevos cardenales recibieron el anillo arrodillados y después abrazaron al Papa, salvo  Peter Poreku Dery, arzobispo emérito de Tamale (Ghana), de 88 años, que acudió en silla de ruedas.

Tras imponerlo, fue el Papa quien se levantó para abrazar al anciano purpurado africano.

Benedicto XVI subrayó que el anillo es “un signo nupcial, expresión de fidelidad y compromiso en custodiar la Iglesia, esposa de Cristo” y les recordó que les obliga a esta íntimamente unidos a Cristo para cumplir la misión de la Iglesia.

Una vez recibido el capelo y el anillo, los cardenales tomarán posesión en los próximas semanas o meses de las iglesias de Roma que les ha asignado el Papa, que simbolizan la participación de los purpurados en el cuidado de la Ciudad Eterna, de la que es Obispo Juan Pablo II.

Los 15 cardenales que hoy recibieron el anillo son los arzobispos de Toledo (España), Antonio Cañizares; Caracas, Jorge Liberato Urosa Savino, y Cracovia (Polonia), Stanislaw Dziwisz.

Los otros son los miembros de la Curia William Joseph Levada; Franc Rode y Agostino Vallini, y Gaudencio Rosales, arzobispo de Manila; Jean-Pierre Ricard, de Burdeos (Francia); Nicolás Cheong-Jin-Suk, de Seúl; Sean Patrick O’Malley, de Boston (EEUU); Carlo Caffarra, de Bolonia (Italia), y Joseph Zen Ze-Kiun, de Hong Kong (China).

Los anteriores tienen menos de 80 años, por los que pueden participar en un cónclave, mientras que los tres restantes – el italiano Andrea Cordero Lanza di Montezemolo, el ghanés Peter Poreku Dery y el francés Albert Vanhoyem- al superar esa edad, ya no pueden votar la elección de un nuevo Papa, pero si pueden ser elegidos.

Con la ceremonia de hoy concluyó el primer consistorio del Pontificado de Benedicto XVI.

El colegio cardenalicio ha quedado compuesto por 193 miembros, de 66 países, de los que 120 electores pueden elegir al futuro Papa al tener menos de 80 años, como establece la normativa vaticana.