CIUDAD DEL VATICANO (AFP).- El Papa Juan Pablo II pidió este lunes a las autoridades de República Dominicana que fomenten «la solidaridad» y eviten «los males que se derivan del capitalismo», al recibir en el Vaticano al nuevo embajador ante la Santa Sede, Carlos Rafael Conrado Marion-Landais Castillo.

«En el mundo de hoy no basta con limitarse a la ley del mercado y su globalización, hay que fomentar la solidaridad, evitando los males que se derivan de un capitalismo que pone el lucro por encima de la persona y la hace víctima de tantas injusticias», afirmó el Papa en su discurso.

«Un modelo de desarrollo que no tuviera presente y no afrontara con decisión las desigualdades no podría prosperar de ningún modo», advirtió el pontífice, quien recordó que en ese país se celebró la primera misa en los inicios de los evangelización, en el siglo XV.

«Los que más sufren en las crisis son siempre los pobres. Por eso, deben ser el objetivo especial de los desvelos y atención del Estado. La lucha contra la pobreza no debe reducirse a mejorar simplemente sus condiciones de vida, sino a sacarlos de esa situación creando fuentes de empleo y asumiendo su causa como propia», agregó el Papa.

En su discurso, el jefe de la iglesia católica admitió que «no le incumbe» proponer soluciones de orden político y técnico, pero que considera que puede «dar orientaciones para iluminar la búsqueda de respuestas y soluciones», dijo.

«Causas internas y externas han producido en su país un grave deterioro y un cierto descenso de la calidad de vida de los dominicanos. En la solución de esos problemas no debe olvidarse que el bien común es el objetivo que se debe conseguir, para lo cual, la iglesia, sin pretender competencias ajenas a su misión, presta su colaboración al gobierno y a la sociedad», dijo.

El pontífice, agradeció también la reciente celebración de los 25 años de pontificado de su elección en la catedral de San Pedro y recordó cómo creció y se «edificó la iglesia de Cristo en la isla La Española, donde nació la iglesia católica de América», dijo.

Juan Pablo II reconoció «la acción eclesial a favor de los discapacitados, los enfermos de Sida, las minorías étnicas, los emigrantes y refugiados», así como en «campo educativo» y envió un mensaje especial a los afectados por el terremoto del pasado mes de septiembre y las recientes inundaciones.

«Pido al Señor que conceda a los damnificados fortaleza y capacidad de entrega generosa para hacer frente a las devastaciones sufridas», aseguró.

El nuevo embajador dominicano, de 63 años, ingeniero civil, fue rector del Instituto Tecnológico de Santo Domingo, asesor del Ministerio de Educación, gerente del programa de construcción de escuelas elementares y fundador de la Fundación San José que ayuda a los pobres de su país.