CIUDAD DEL VATICANO (AFP).- El Papa Juan Pablo II condenó duramente este martes el uso de la fuerza como único medio en la lucha contra el terrorismo y defendió el papel de la Organización de Naciones Unidas, cuyos «objetivos estatutarios todavía son válidos».

«La lucha contra el terrorismo no puede reducirse sólo a operaciones represivas y punitivas. Es esencial que incluso el recurso necesario a la fuerza vaya acompañado por un análisis lúcido y decidido de los motivos subyacentes de los ataques terroristas», afirmó el pontífice en el tradicional mensaje para la Jornada Mundial de la Paz.

El mensaje del Papa, divulgado este martes, será leído y debatido en todas las iglesias del mundo el próximo 1 de enero, proclamado desde hace más de 35 años por los católicos como el día de la paz.

En su misiva, el Papa sostiene que «la lucha contra el terrorismo debe realizarse también en el plano político e ideológico: por un lado evitando las situaciones de injusticia de las cuales surgen a menudo los móviles de los actos más desesperados y sanguinarios, por otro, insistiendo en una educación inspirada en el respeto de la vida humana en todas las circunstancias».

Juan Pablo II, que desde el inicio de su pontificado hace 25 años se ha pronunciado a favor de la paz, pidió también que en el derecho internacional se evite que «prevalezca la ley del más fuerte».

«Su objetivo esencial es remplazar la fuerza material de las armas con la fuerza moral de derecho», afirmó Juan Pablo II al citar palabras del Papa Benedicto XV, de inicios del siglo XX.

El pontífice, que no se refirió a situaciones específicas, ni habló de la reciente captura del ex presidente iraquí Sadam Hussein, recordó que las leyes internacionales prevén «sanciones apropiadas para los trasgresores, además de la debida reparación para las víctimas», aseguró.

«Esta ha de valer también para los gobernantes que violen inpunemente la dignidad y los derechos humanos con el pretexto inaceptable de que se trata de cuestiones internas de su Estado», advirtió el jefe de la Iglesia Católica.

En su mensaje, de cerca quince páginas, el Papa se refiere en muchas ocasiones a la importancia del derecho internacional como «garantía de la paz» y reconoce que los ideales de la ONU «están muy extendidos» por lo que hay que dotar a esa organización de una «reforma» para que «funcione eficazmente».

«En todo caso los gobiernos democráticos saben bien que el uso de la fuerza contra los terroristas no puede justificar la renuncia a los principios de un Estado de derecho», reconoció el Papa.

«Serían opciones políticas inaceptables las que buscasen el éxito sin tener en cuenta los derechos humanos fundamentales, dado que ¡el fin nunca justifica los medios!», recalcó Juan Pablo II.

«En la necesaria lucha contra el terrorismo, el derecho internacional ha de elaborar ahora instrumentos jurídicos dotados de mecanismos eficientes de prevención, control y represión de los delitos», indicó el Papa.

«El derecho es, ciertamente, el primer camino que se debe tomar para llegar a la paz», señaló el Papa, quien reiteró que la «justicia por si sola no basta», ya que es necesario también el «amor», que se manifiesta a través del «perdón».

«No hay paz sin perdón», afirmó el pontífice, quien recomienda al mundo que se «eduque a la paz», se «enseñe a los individuos y a los pueblos a respetar el orden internacional», porque «la paz es posible».