Papa clama por paz y oró por protección de niños y mujeres

Papa clama por paz y oró por protección de niños  y mujeres

CIUDAD DEL VATICANO. AP. El papa Francisco deseó en la Navidad un mundo mejor y oró por la protección de los cristianos agredidos, las mujeres maltratadas y los niños víctimas del tráfico, así como para que los refugiados reciban un trato digno y haya paz en Oriente Medio y África.

El pontífice pronunció ayer el discurso tradicional “Urbi et Orbi” —que en latín significa “A la ciudad y el mundo”— desde el balcón central de la Basílica de San Pedro ante unos 70,000 turistas, peregrinos y ciudadanos de Roma que lo aclamaban en la plaza.

En su primer mensaje de Navidad desde su elección como papa en marzo, Francisco pidió que todos hagan suyo con humildad el cántico de los ángeles de Navidad “para cada hombre o mujer… que espera un mundo mejor, que se preocupa por los demás”.

Entre los lugares asolados por conflictos, el papa mencionó a Siria, que ha estado inmersa en una guerra civil por tercera Navidad consecutiva, y también a Sudán del Sur, la República Centroafricana, Nigeria e Irak. En Irak el miércoles, extremistas perpetraron dos atentados contra cristianos, incluido uno con una bomba que estalló cerca de una iglesia durante una misa de Navidad en Bagdad. Ambos ataques dejaron decenas de muertos.

El Vaticano ha intentado incrementar la conciencia en el mundo sobre su preocupación ante las persecuciones y agresiones de que son víctimas los cristianos en partes del Oriente Medio y África. “Señor de la vida, protege a todos los que son perseguidos a causa de tu nombre”, dijo Francisco. El pontífice también invitó a los no creyentes a que sumaran su deseo de paz al de todos los demás. Francisco pidió en oración a Dios: “Bendice la tierra donde elegiste venir al mundo y concede un resultado favorable a las conversaciones de paz entre israelíes y palestinos. Sana las heridas del amado país de Irak, azotado una vez más por frecuentes actos de violencia”.

El papa explicó después su concepto de la paz. “La paz verdadera no es un equilibrio de fuerzas oponentes. No es una fachada encantadora que oculte conflictos y divisiones”, expresó. “La paz requiere un compromiso cotidiano”, agregó mientras leía las páginas de su discurso a las que movía un viento helado.

También habló de la vida de las personas comunes, en especial de aquéllas que batallan por una vida mejor. Al recordar a los centenares de inmigrantes que se han ahogado en su intento por alcanzar las costas europeas, el papa oró para que los refugiados reciban esperanza. “Nuestros pensamientos se dirigen hacia aquellos niños que son las víctimas más vulnerables de las guerras, pero también hacia los adultos mayores, las mujeres maltratadas” y otras personas, agregó.

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