MÉXICO. AFP. Con una férrea defensa de la figura tradicional de la familia católica hecha por el papa Benedicto XVI frente a «otras formas de convivencia», concluyó ayer el VI Encuentro Mundial de Familias en la Basílica de Guadalupe de Ciudad de México con unos 22,000 asistentes.
«Por su función social esencial, la familia tiene derecho a ser reconocida en su propia identidad y a no ser confundida con otras formas de convivencia», dijo Benedicto XVI en uno de los dos videomensajes transmitidos en la Basílica de Guadalupe, uno grabado y el segundo en vivo desde el Vaticano.
La familia, «formada en el matrimonio indisoluble entre un hombre y una mujer», enfrenta dificultades en su labor «educativa», añadió el Papa, que no viajó a la Ciudad de México para evitar problemas de salud por la altura de la metrópoli (más de 2,230 mts sobre el nivel del mar).
Esa labor «se ve dificultada por un engañoso concepto de libertad, en el que el capricho y los impulsos subjetivos del individuo se exaltan hasta el punto de dejar encerrado a cada uno en la prisión del propio yo», dijo el pontífice. Durante las cinco jornadas del encuentro se escucharon críticas hacia las «otras formas de convivencia».