Roma.- El papa Francisco hizo hincapié el sábado en los problemas que afrontan los trabajadores en una economía globalizada durante una visita a una fábrica de acero en problemas en Génova, donde resaltó la importancia del trabajo para dar a las personas una sensación de dignidad y denunció a quienes explotan a sus obreros.
La visita pone el foco en la difícil situación de los trabajadores que han perdido calidad de vida tras años de crisis económica, incluyendo en Italia, donde la elevada tasa de paro, especialmente entre los adultos jóvenes, lleva a muchos a abandonar el país.
Hablando ante unos 3.500 obreros, muchos con sus uniformes de trabajo o cascos de seguridad, Francisco distinguió entre los buenos empresarios que “comparten las tareas de los trabajadores y comparten las alegrías del trabajo” para crear algo juntos, y los especuladores que no se molestan cuando despiden a sus operarios para buscar beneficios.
“Una enfermedad de la economía es la transformación gradual de los empresarios en especuladores”, señaló el pontífice argentino.
“El especulador no ama su negocio, no ama a los trabajadores, solo ve al negocio y a los trabajadores como medios para obtener beneficios”, agregó.
Francisco denunció además a quienes afirman que los empleados trabajan solo por dinero, apuntando que esto “niega la dignidad del trabajo”.
El papa, cuyos padres emigraron desde Italia a principios del siglo XX, se refirió además a sus sentimientos al visitar la ciudad, punto de partida para muchos italianos que buscaban una vida mejor en Norteamérica y en América del Sur.
“Esta es la primera vez que estoy en Génova, y estar tan cerca del puerto me recuerda al lugar de donde partió mi padre”, dijo.
“Esto me emociona”. Tras visitar la fábrica, Francisco se reunió con obispos, sacerdotes y monjas en la catedral de San Lorenzo. Más tarde, celebrará un encuentro con pobres y sin techo además de con refugiados y presos.