Papa denuncia que el paro y trabajo precario atentan contra dignidad hombre

Papa denuncia que el paro y trabajo precario atentan contra dignidad hombre

Ciudad del Vaticano, (EFE).- El papa Benedicto XVI denunció hoy que la falta de trabajo y la precariedad del mismo atentan contra la dignidad del hombre y exigió que todos tengan un empleo digno, estable y bien remunerado, para poder participar activamente en el desarrollo de la sociedad.

El Pontífice hizo estas manifestaciones en el mensaje que ha enviado al arzobispo Antonio Arregui Yarza, presidente de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, con motivo del II Congreso Nacional de la Familia Ecuatoriana, que se celebra del 9 al 12 de noviembre en las ciudades de Quito, Guayaquil, Portoviejo, Tena y Loja, hecho público hoy por el Vaticano.

En su mensaje, el papa afirma que a través del trabajo, el hombre se experimenta a sí mismo como sujeto, partícipe del proyecto creador de Dios. «De ahí que la falta de trabajo y la precariedad del mismo atenten contra la dignidad del hombre, creando no sólo situaciones de injusticia y de pobreza, que frecuentemente degeneran en desesperación, criminalidad y violencia, sino también crisis de identidad en las personas», denunció.

Por ello, prosiguió el papa, es «urgente» que surjan «por doquier» medidas eficaces para que todos tengan acceso a un trabajo digno, estable y bien remunerado, mediante el cual se santifiquen y participen activamente en el desarrollo de la sociedad, conjugando una labor intensa y responsable con tiempos adecuados para una rica, fructífera y armoniosa vida familiar».

El Pontífice agregó que un ambiente «hogareño sereno y constructivo, con sus obligaciones domésticas y con sus afectos», es la primera escuela del trabajo y el espacio más indicado para que la persona descubra sus potencialidades. Benedicto XVI señaló que la vida familiar enseña a vencer el egoísmo, a nutrir la solidaridad, a no desdeñar el sacrificio por la felicidad del otro, a valorar lo bueno y recto.

 El papa Ratzinger exhortó a cuidar el medio ambiente y a recuperar el sentido de la fiesta, especialmente del domingo. Según el Pontífice, la fiesta humaniza el tiempo abriéndolo al encuentro con Dios y que por ello es necesario que las familias recuperen el «genuino sentido» de domingo, día del Señor y del hombre.

«En la celebración eucarística dominical, la familia experimenta la presencia real del Señor Resucitado, recibe la vida nueva, acoge el don del Espíritu, incrementa su amor a la Iglesia, escucha la divina Palabra, comparte el Pan eucarístico y se abre al amor fraterno», agregó. Benedicto XVI destacó asimismo el servicio que la familia realiza a la sociedad, señalando que cada familia entrega a la sociedad, a través de sus hijos, la riqueza humana que ha vivido, «por lo que se puede afirmar que de la salud y calidad de la relaciones familiares depende la salud y calidad de las mismas relaciones sociales». EFE

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