CIUDAD DEL VATICANO (EFE).- El papa Juan Pablo II denunció ayer la creciente difusión de las sectas, que a su parecer se nutren de «personas que se encuentran en situaciones de soledad y dificultad».

Frente a esta situación subrayó la necesidad de «una nueva obra de evangelización poderosa y valiente», dirigida a mostrar la ternura y misericordia divinas «a las personas que sufren la pobreza espiritual y material».

El Pontífice hizo estas declaraciones al recibir hoy en el Aula Pablo VI del Vaticano a los fieles de las parroquias romanas de Santa Brígida, San Hilario y San Máximo, todas ellas situadas en la periferia de la Ciudad Eterna.

Con esta audiencia Juan Pablo II se ha encontrado ya con los fieles de 310 parroquias de la capital italiana, de cuya diócesis es titular, con la novedad este año de que los encuentros tienen lugar en el Vaticano, lo que le evitan fatigosos desplazamientos.

Al recordar hoy el 25 aniversario de la publicación de su primera encíclica «Redemptor Hominis», el papa Wojtyla ha pedido a los presentes centrarse en la figura de Cristo y en su mensaje de salvación, además de la recomendación de abrir las parroquias a los laicos.

También lamentó que muchas parroquias no tienen los medios ni las infraestructuras adecuadas para desarrollar su actividad, tras una breve intervención del cardenal vicario, Camillo Ruini, que expuso sus diversas necesidades.

El Papa, de 83 años, presentaba un buen aspecto y leyó por entero y sin interrupciones su homilía.

La audiencia a los fieles romanos, precedida esta mañana por otra privada al presidente alemán, Johannes Rau, el Papa ha terminado el retiro de una semana para los tradicionales ejercicios espirituales de Cuaresma que ha seguido junto a altos cargos de la Curia vaticana y que han supuesto la suspensión de sus actividades oficiales.