A su arribo a Lisboa para una visita de 5 días en la Jornada Mundial de la Juventud, Francisco se zambulló en el escándalo que remece a la iglesia portuguesa
El papa Francisco fustigó el miércoles al clero portugués por el “escándalo” de los abusos sexuales de los curas, afirmó que esas acciones perjudicaban a la iglesia y espantaban a los fieles, al iniciar una visita a Portugal con órdenes a la jerarquía católica para enmendar sus faltas y tratar mejor a las víctimas.
A su arribo a Lisboa para una visita de cinco días en la que asistirá a la Jornada Mundial de la Juventud, Francisco se zambulló de cabeza en el escándalo que remece a la iglesia portuguesa.
Una comisión de expertos contratados por la iglesia portuguesa informó en febrero que al menos 4.815 niñas y niños pueden haber sufrido abusos a manos de personal eclesiástico desde 1950, en la rendición de cuentas más reciente de una iglesia europea de su trayectoria de abusos y encubrimiento.
Antes de ese informe, la jerarquía portuguesa había dicho que se trataba de apenas un puñado de casos. Después de su emisión, inicialmente se negó a retirar a los abusadores de sus puestos o a compensar a las víctimas.
Por otra parte, Francisco dijo que Europa debe recuperar su papel como mediadora de paz y constructora de puentes, con la esperanza de inspirar a la siguiente generación de católicos para que trabajaran juntos contra conflictos, cambio climático y otros problemas en el mundo.
Francisco pasaría cinco días en Lisboa que combinarían una visita de Estado y la peregrinación al santuario católico de Fátima con los entusiastas eventos de la JMJ, una cita católica que pretende reforzar a jóvenes feligreses en su fe.
Se esperaba que más de un millón de jóvenes de todo el mundo asistieran al encuentro, que culminaría con una misa papal el domingo.