CIUDAD DEL VATICANO (AFP).- El Papa Juan Pablo II advirtió este jueves que «la sombra del Holocausto pesa sobre la historia de la humanidad» y pidió que no se ceda a ideologías que justifican el racismo y el terrorismo.

   En un mensaje enviado con ocasión de las ceremonias por el 60 aniversario de la liberación del campo de exterminio nazi de Auschwitz-Birkenau (Polonia), el Papa advierte que «nadie puede ser indiferente» ante «el intento de destruir en forma programada a todo un pueblo».

   «Ese intento se extiende como una sombra sobre Europa y el mundo entero. Es un crimen que marcará para siempre la historia de la humanidad», afirmó el pontífice, de 84 años, nacido en Polonia, en Wadowice, no muy lejos de la ciudad de Auschwitz.

   El Papa recordó que en 1979 visitó un año después de su elección como pontífice el campo de Auschwitz y sufrió por «los varios millones de personas que sin culpa alguna soportaron sufrimientos inhumanos y fueron aniquilados en las cámaras de gas y los hornos crematorios».

   «Que al menos hoy y en el futuro, eso sirva de advertencia: no se debe ceder ante las ideologías que justifican la posibilidad de atropellar la dignidad humana en base a la diferencia de raza, color de la piel, lengua o religión», escribió.

   «Hago el pedido a todos, y en particular a aquellos que en nombre de la religión recurren a la violencia y al terrorismo», añadió.

   En 1997 el Papa pidió perdón por los errores cometidos por los cristianos durante el Holocausto  y expresó su pesar por las conciencias adormecidas de algunos cristianos durante el nazismo y la inadecuada «resistencia espiritual» de otros grupos ante la persecución de los judíos.

   En 1998, el Vaticano publicó un documento sobre la Shoah, palabra hebrea usada para el Holocausto, expresando pesar por los mismos problemas morales.

   Juan Pablo II se refirió también a su país de nacimiento, Polonia, «la nación que hizo tantos sacrificios por la liberación del continente europeo de la nefasta ideología nazi y que fue vendida como esclava a otra ideología destructiva: el comunismo soviético», escribió.

   El Papa fue representado durante la ceremonia en Auschwitz por el cardenal de París, Jean-Marie Lustiger, de origen judío, que perdió parte de su familia en ese campo de exterminio.

   Al recordar a las víctimas de Auschwitz, el pontífice rindió homenaje a todos aquellos que tuvieron gestos heroícos y que «aceptaron someterse al sufrimiento y que demostraron amor hacia sus compañeros de prisión e inclusive por sus verdugos».

   Con esos gestos, se demuestra que «aún si el hombre es capaz de procurar el mal, a veces mucho mal, el mal no tiene la última palabra», escribió el Papa.

   «Si recordamos el drama de las víctimas, lo hacemos no para abrir heridas dolorosas, ni para desatar sentimientos de odio o venganza, sino para que salga a la luz la verdad histórica y sobre todo para que todos se den cuenta de que esos momentos tenebrosos constituyen para los hombres de hoy un llamado a la responsabilidad que tienen en la construcción de nuestra historia», recalcó.

   «Que en ningún rincón de la tierra se repita lo que han padecido esos hombres y mujeres que nosotros lloramos desde hace 60 años», concluyó.