Papa honra a curas «rebeldes» censurados por ayudar a pobres

Papa honra a curas «rebeldes» censurados por ayudar a pobres

Italia.  El papa Francisco visitó el martes el norte de Italia para honrar a dos párrocos del siglo XX que fueron censurados por el Vaticano por su compromiso con los pobres y desvalidos.

El pontífice viajó en helicóptero a Bozzolo, cerca de Cremona, para rezar ante la tumba de Primo Mazzolari. Mazzolari, que falleció en 1959, fue un partisano antifascista durante la Segunda Guerra Mundial que, como Francisco, predicó sobre la «iglesia de los pobres».

Depués, Francisco viaja a Barbiana, cerca de Florencia, para orar en el lugar donde descansan los restos de Lorenzo Milani, un hombre adinerado que se convirtió al catolicismo y fundó una escuela parroquial para educar a los pobres y los trabajadores. Murió en 1967.

Ambos sacerdotes fueron considerados rebeldes en vida y fueron censurados por las autoridades vaticanas por sus escritos.

En la primera parada de su peregrinación, el pontífice argentino rezó de pie y en silencio ante la sencilla tumba de Mazzolari, quien ahora es considerado «el párroco de Italia».   Después rindió un largo tributo al cura, citando los textos de Mazzolari sobre la necesidad de que iglesia acompañe a su rebaño, unas palabras que el propio Francisco podría haber escrito.

El jesuita argentino, que en sus cuatro años de papado ha destacado la faceta misericordiosa de la iglesia, recuperó las palabras de Mazzolari sobre el trabajo de un sacerdote, que no es exigir la perfección en los fieles, sino animarlos a hacerlo lo mejor posible. «íTengamos sentido! No masacremos las espaldas de esas pobres personas», dijo Francisco citando a Mazzolari.

El activismo social de Mazzolari le supuso problemas con las autoridades eclesiásticas: durante un tiempo tuvo prohibido rezar fuera de su diócesis sin permiso, y una revista que fundó fue tan polémica que el vaticano suspendió su publicación en 1951.

Milani, por su parte, hizo también hincapié en asuntos de justicia social, especialmente en el derecho de los trabajadores a ir a la huelga. En 1958, el Vaticano ordenó la retirada de un libro sobre sus experiencias pastorales.

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