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VATICAN CITY (AP).- El papa Juan Pablo II exhortó el lunes a oponerse a leyes que él considera amenazan las familias tradicionales, apremió al público a nivel internacional a movilizarse para combatir el hambre, y reafirmó la prohibición de la Iglesia del uso de células troncales de embriones.
El pontífice estableció las prioridades del Vaticano para el 2005 en su tradicional discurso de Año Nuevo ante el cuerpo diplomático acreditado en la Santa Sede y que representa a 174 países.
Sentado en un salón del Palacio Apostólico, Juan Pablo II, de 84 años, parecía muy alerta, a pesar de sufrir del mal de Parkinson, y se mantuvo atento mientras los embajadores y sus esposas, todos vestidos de negro, desfilaron ante él para estrecharle la mano o besársela. El Papa intercambió algunas palabras con muchos de los diplomáticos, sonriendo con amabilidad y ofreciéndoles su bendición.
Juan Pablo II habló en francés, pronunciando los primeros y últimos párrafos de un discurso de cinco páginas, y permitiendo a uno de sus ayudantes leer la parte central.
Indicó que el sentimiento de alegría que le proporcionaba ofrecer sus deseos de año nuevo a los embajadores estaba atenuado por las malas noticias del 2004. Eso incluyó la devastación causada por un sismo y un maremoto en el sudeste de Asia y en el este de Africa, que mató a más de 150.000 personas, la plaga de la langosta en el noroeste de Africa, los atentados ferroviarios de Madrid en marzo, la matanza en la escuela de Beslan, Rusia, el «bárbaro terrorismo»» en Irak y la «inhumana violencia»» en Darfur, Sudán.
El Papa dijo que era clara la oposición de la Iglesia, «respaldada por la razón y la ciencia»», al aborto, la procreación asistida y la investigación científica de células troncales de embriones.
En una obvia referencia a leyes en varios países que permiten el casamiento entre homosexuales o equiparan los derechos sociales de parejas casadas con aquellas que viven en concubinato, Juan Pablo II dijo que en algunas naciones la «estructura natural»» de la familia corre peligro.
El mundo también necesita hacer algo acerca de la desnutrición y el hambre que sufren millones de personas, dijo el pontífice a los diplomáticos.
