Papa llama enfrentar corrupción pública

Papa llama enfrentar corrupción pública

CIUDAD DEL VATICANO (EFE).- El Papa pidió ayer que se acabe con «cualquier tipo» de corrupción en la vida pública, que se destierre la usura, «plaga que sigue siendo una infame realidad», y que se eliminen las calumnias y los insultos contra el prójimo. Juan Pablo II hizo estas manifestaciones ante varios miles de personas que asistieron hoy en el Aula Pablo VI del Vaticano a la audiencia pública de los miércoles, cuya catequesis dedicó al Salmo 14 «*Quién es digno de estar ante el Señor?», que establece las condiciones para participar en la comunión con él.

El Pontífice tenía un aspecto cansado y voz entrecortada, en algunos momentos, sobre todo durante la lectura de la catequesis -al principio de la audiencia- de la que sólo leyó algunos párrafos.

Conforme transcurrió la audiencia, su aspecto fue mejorando, leyendo con voz clara y firme los saludos en diferente idiomas, entre ellos el español, italiano, francés, inglés, alemán y polaco.

El Papa dijo que a diferencias de otras culturas religiosas, que para ser admitidos ante la divinidad se exigen sobre todo pureza de ritual exterior, el Salmo 14 exige la purificación de la conciencia.

El salmista impone al fiel once condiciones para poder participar en la comunión con Dios, tres de orden general, tres de relaciones con el prójimo, dos de ámbito social y tres de conciencia.

Las tres primeras son la integridad moral, la práctica de la justicia y la sinceridad.

Las de relaciones con el prójimo son, según precisó el Papa, eliminar la calumnia del lenguaje, evitar cualquier acción que pueda dañar al hermano y frenar los insultos contra quienes viven a nuestro lado a diario.

Las de ámbito social son el desprecio del malvado y honrar a quien teme a Dios.

«Las de conciencia son: ser fieles a la palabra dada, al juramento, aún en el caso de que nos reporte consecuencias dañosas; no practicar la usura, plaga que en nuestros días sigue siendo una infame realidad capaz de estrangular la vida de muchas personas, y evitar la corrupción en la vida pública, otro compromiso que hay que practicar con rigor en nuestro tiempo», afirmó Juan Pablo II.

Juan Pablo II añadió que seguir ese camino de decisiones morales significa estar preparados para el encuentro con Dios, a la vez que precisó que las once condiciones deben estar «anotadas en la memoria».

Como es habitual, concluida la audiencia saludó en diferentes idiomas. En español tuvo palabras de aliento para los fieles presentes procedentes de España y América Latina, entre ellos grupos de las parroquias de San Pedro y San Pablo, de San Jorge de Alcalá de los Gazules y de Santa Teresa y Los Remedios, de la diócesis sureña española de Cádiz-Ceuta.

También saludó a un grupo de fieles de Sanxenxo, en la norteña Pontevedra. A todos deseó que «las exigencias interiores» que recuerda el Salmo «renueven vuestros corazones y os dispongan a un encuentro más profundo con el Señor».

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