Ciudad del Vaticano  (EFE).- La Iglesia católica es la institución que «tiene mayor crédito» entre la población latinoamericana y una de sus prioridades fundamentales en la región es la lucha contra la pobreza, dijo hoy el papa Benedicto XVI.

El Papa recibió ayer en audiencia a representantes pontificios de esa región, al final de una reunión preparatoria de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, que se celebrará en el Santuario Mariano de Aparecida, Brasil, del 13 al 31 de mayo.

Benedicto XVI recordó que la Iglesia es «estimada» por el trabajo que realiza en educación, salud, solidaridad hacía los más necesitados, así como está activa «para las intervenciones de mediación, que no raramente le piden, en ocasión de conflictos internos».

«La ayuda a los pobres y la lucha contra la pobreza son y siguen siendo una prioridad fundamental en la vida de las Iglesias en América Latina», señaló.

América Latina es el «continente de la esperanza», tal y como lo definió Juan Pablo II, recordó el Papa, quien calificó de «enorme» la potencialidad espiritual a la que puede llegar la región.

El Papa indicó que una presencia «tan consolidada» de la Iglesia, debe hoy tener en cuenta, entre otras cosas, «del proselitismo de las sectas y de la creciente influencia del secularismo hedonista posmoderno».  Benedicto XVI señaló que sobre los motivos de la atracción de las sectas hay que «reflexionar seriamente para encontrar la respuesta justa».

El Papa confirmó que, «si Dios quiere», tendrá la «alegría» de tomar contacto personalmente con la realidad de los países de la región participando en la apertura de la V Conferencia.

El propósito de la reunión es definir las grandes prioridades y «suscitar un renovado empuje a la misión de la Iglesia al servicio de los pueblos latinoamericanos en las circunstancias concretas del inicio de este siglo XXI».

La Iglesia desea que en los países de la región, donde las Constituciones «se limitan a conceder libertad de credo y de culto, pero no reconocen aún la libertad religiosa, se puedan definir, cuanto antes, relaciones recíproca basadas en principios de autonomía y de sana y respetuosa colaboración», señaló.

Benedicto XVI indicó que «una correcta formulación jurídica de tales relaciones no podrá no tener en cuenta del papel histórico, espiritual, cultural y social desarrollado por la Iglesia Católica en América Latina».

Ello permitirá a la comunidad eclesiástica «desarrollar toda su potencialidad en favor de la sociedad y de cada persona», agregó el Papa.

El papel de la Iglesia en Latinoamérica «sigue siendo principal, gracias también a la feliz fusión entre la antigua y rica sensibilidad de los pueblos indígenas con el cristianismo y con la cultura moderna».

Sin embargo, el Papa indicó que: «algunos ambientes, lo sabemos, afirman un conflicto entre la riqueza y profundidad de las culturas precolombinas y la fe cristiana, presentada como una imposición exterior o una alienación para los pueblos de la América Latina».

Benedicto XVI dio que «en realidad, el encuentro entre estas culturas y la fe en Cristo fue una respuesta interiormente esperada de tales culturas», que «ha creado la verdadera identidad de los pueblos de América Latina».