Muchas veces los padres se preocupan porque sus hijos no quieren comer; en ocasiones puede tratarse de una falsa percepción, y hasta a una persecución de la madre para que su hijo o hija se alimente. Pero, en otras se trata de algo real. Son variadas las razones por las cuales los infantes muestran apatía ante las comidas y papá y mamá deben identificar cuáles son para corregirlas.
Muchas veces la inapetencia se debe a problemas en el seno de la familia, como falta de afecto y a competencia entre hermanos.
Pero también puede ocurrir que a los chicos no les atrae la comida que les preparan en casa.
Algunas estrategias para que los niños y niñas coman son las siguientes: darles participación en la preparación de la mesa; servirles en un plato de modo que perciban que la cantidad es menor; proporcionarles un ambiente agradable a la hora de las comidas; comer en familia, de modo que se acostumbren a ingerir lo mismo que sus padres; ser cautelosos a la hora de permitirles escoger ellos el menú, porque puede llevarlos a problemas de desnutrición o de sobrepeso.
También es importante presentarles la comida y el ambiente para la misma de manera atractiva y, sobre todo, que ellos tengan claro que es necesario comer a una hora determinada, y cuál es el propósito de la alimentación.