El papa Francisco llega a la plaza de San Damaso en el Vaticano para su audiencia general semanal, el miércoles 12 de mayo de 2021. (AP Foto/Alessandra Tarantino)
El papa Francisco se reunió el jueves con el presidente Alberto Fernández meses después de que Argentina legalizó el aborto a pesar de un pedido personal del pontífice y la oposición de la Iglesia católica.
El comunicado del Vaticano sobre la visita de Fernández omitió toda referencia a los asuntos en discusión. La declaración breve sólo dio una lista de los temas abordados por Fernández con el secretario de Estado Pietro Parolin y el ministro del Exterior de la Santa Sede, Paul Richard Gallagher: la pandemia, la crisis financiera argentina y la lucha contra la pobreza.
Por su parte Fernández señaló que el encuentro fue “muy lindo” y que, además de conversar sobre “los problemas que aquejan al mundo y también a la Argentina” habló con el pontífice sobre cómo avanzan las negociaciones con los organismos de crédito con los que el país sudamericano mantiene abultadas deudas, como el Fondo Monetario Internacional y el Club de París, indicó un comunicado de la presidencia argentina.
«Él, como siempre hace, me expresó su idea de apoyarnos en todo lo que puede”, señaló Fernández en el marco de la gira que realiza por Europa con algunos de sus ministros -como el de Economía, Martín Guzmán- y durante la cual ha recibido el respaldo de algunos mandatarios para negociar la postergación de los pagos de la deuda de su país con esos organismos de crédito.
Sólo este año Argentina enfrenta pagos por 952 millones de dólares al Fondo.
La reunión del papa y Fernández tuvo lugar en una oficina a un costado del auditorio en lugar del Palacio Apostólico, el sitio habitual de las visitas de Estado. La oficina, que se suele utilizar para reuniones menos formales, es la misma donde Francisco recibió a la reina Isabel en 2014.
El papa mantiene una relación a veces tensa con los gobiernos de su país natal. Desde su elección en 2013 se ha negado a regresar, según sus amistades, porque no quiere que el gobierno lo utilice con fines políticos.
La ley sobre el aborto, aprobada con el apoyo firme de Fernández, entró en vigencia en enero. Permite interrumpir el embarazo hasta la semana 14, o más allá si es producto de una violación o si la salud de la mujer está en riesgo.
Fernández, quien es peronista, había prometido aprobar el aborto legal y gratuito durante su campaña electoral. Argentina es el país más grande de América Latina que ha legalizado el aborto electivo, lo que le ha valido las felicitaciones de los movimientos feministas y podría allanar el camino para leyes similares en otros países de la región, socialmente conservadora y mayoritariamente católica.
Francisco, que ha denunciado reiteradamente el aborto como una prueba de la “cultura del descarte” reinante, emitió un llamado de último momento antes de la votación en diciembre, con un tuit en el que dijo que Jesús “llegó al mundo como cada niño llega al mundo, débil y vulnerable”.
En una carta de aliento a los adversarios del aborto, el papa jesuita preguntó: “¿Es justo eliminar una vida humana para resolver un problema? ¿Es justo contratar a un matón para resolver un problema?”.