CIUDAD DEL VATICANO (AFP).- El papa Juan Pablo II celebrará este miércoles la misa de Navidad a medianoche, como es tradicional, pero su programa para el día siguiente ha sido reducido a la lectura de la bendición «urbi et orbi» para cuidar su delicada salud.

Su médico, el Dr. Renato Buzzonetti, recomendó limitar las actividades del papa, de 83 años, luego de las agotadoras ceremonias organizadas para el 25º aniversario de su pontificado, el pasado 16 de octubre.

Recientemente Juan Pablo II hizo algunas apariciones públicas en las cuales parecía encontrarse en mejor estado físico, aunque todavía tiene problemas para hablar debido a la enfermedad de Parkinson. Su mirada es menos estática y tiembla un poco menos, constataron los expertos en el Vaticano.

El sumo pontífice celebrará personalmente el miércoles la tradicional misa de medianoche en la Basílica de San Pedro, pero dejará que sea el cardenal secretario de Estado del Vaticano, Angelo Sodano, quien ofice la misa en la Plaza San Pedro al día siguiente.

Juan Pablo II sólo intervendrá para leer su mensaje de paz y dar su bendición «urbi et orbi» (a la ciudad y al mundo) desde la galería central de la basílica vaticana.

El Papa debe oficiar misa sentado, ya que no puede caminar. Para ayudarlo podría izarse un sillón especial hasta el nivel del altar.

Artesanos romanos fabricaron cálices muy livianos en titanio por iniciativa del maestro de la liturgia, monseñor Piero Marini, quien lo sigue como su sombra durante las ceremonias pontificales.

Varias intervenciones fueron suprimidas en el programa de fin de año. Juan Pablo II dará su bendición a los feligreses el 28 de diciembre, como hace tradicionalmente cada domingo, pero su audiencia general semanal fue anulada el miércoles 31 de diciembre.

En cambio, ese día el papa presidirá en la basílica San Pedro la tradicional ceremonia de agradecimiento a Dios por el fin del año 2003.

El 1º de enero Juan Pablo II seguirá una misa celebrada en la misma basílica en ocasión de la Jornada Mundial de la Paz, pero fue obligado a renunciar a otras dos ceremonias tradicionales del mes de enero: la consagración de nuevos obispos y el bautismo de recién nacidos.

La única cita confirmada por el Vaticano es el encuentro con los embajadores acreditados ante la Santa Sede para el año nuevo.

Este encuentro, previsto el lunes 12 de enero, le permitirá hacer un análisis de la situación política en las diversas regiones del mundo donde la paz se encuentra amenazada.

Sus problemas de salud son puestos en evidencia por los canales de televisión del mundo entero y cada comentario de sus cardenales da lugar a nuevas especulaciones.