CIUDAD DEL VATICANO (AFP).- El Papa Juan Pablo II, de 84 años, abandonó este jueves el hospital Gemelli de Roma, donde hace 10 días fue ingresado de urgencia debido a graves problemas respiratorios, regresando al Vaticano a bordo del papamóvil en medio de una multitud que lo aplaudió hasta cruzar la plaza San Pedro.

El Papa salió a las 19H18 del hospital a bordo de su papamóvil blanco escoltado por varias motos de la policía y una docena de automóviles privados, y llegó diez minutos más tarde al Vaticano.

A su paso por las calles de Roma rumbo al Vaticano, el Sumo Pontífice fue aplaudido por una multitud que estaba esperándolo.

El pontífice levantó varias veces la mano para saludar a las personas que esperaron por varias horas el paso del cortejo papal.

«Estoy feliz de poder ver el Papa en persona y en este momento, cuando necesita el apoyo de sus fieles», afirmó el venezolano Francisco Carrillo, quien se instaló varias horas antes en la plaza San Pedro.

Juan Pablo II, de 84 años, que sufre la enfermedad de Parkinson desde hace unos trece años, parecía débil, aunque pudo saludar a la gente.

«Este regreso es un milagro de la Virgen», confesó conmovida la italiana Antonia Maldovana, mientras rezaba y entonaba cánticos religiosos.

«Lloré de emoción cuando lo ví, estaba feliz», comentó por su parte la estudiante mexicana Dolores Martínez.

Para facilitar el acceso al papamóvil varios obreros tuvieron que desmontar una puerta de la entrada de urgencias del hospital romano y acomodar a la entrada posterior del automóvil papal una cubierta de plástico para evitar la entrada de aire frío.

El jueves en la mañana el Vaticano anunció oficialmente que el Papa se había curado y que había sido dado de alta por los médicos que lo atendían.

«El Papa se curó de la laringotraqueítis que lo aquejaba (…) y en los últimos dos días fue sometido a una serie de exámenes, incluido la tomografía computarizada (Tac), cuyos resultados excluyen otras patologías», declaró el portavoz del Vaticano, Joaquín Navarro Valls.

Sus condiciones de salud, después de la aparición el pasado domingo en la ventana de su hospital, habían suscitado fuerte preocupación entre los católicos de todo el mundo.

Según su portavoz, el Papa recuperó la voz, y aseguró que lo pudo escuchar hablar. «Su voz es normal», dijo.

El Papa «estudiará su agenda cuando regrese al Vaticano», comentó su portavoz.

«Cuando regrese al Vaticano estudiará su agenda, escuchará a su médico personal y decidirá qué hacer, en particular en relación a la celebración del Angelus del próximo domingo», agregó.

El pontífice, como todos los días, concelebró este jueves la misa en su habitación del hospital y agradeció en una misiva a todo el personal por el tratamiento recibido, entre ellos médicos, monjas, enfermeras, técnicos y auxiliares.

En la misiva el Papa agradece en forma particular a los «niños internados, que sentí muy cercanos» y al doctor Rodolfo Proietti, director de Urgencias del hospital, que coordinó al equipo de médicos junto con otros dos especialistas en otorrinolaringología y cardiología.

Igualmente, Juan Pablo II agradeció a su médico personal, Renato Buzzonetti, «quien lo asiste con sabiduría y abnegación» desde hace muchos años.

Es muy probable que el pontífice decida pronunciar el angelus dominical desde la ventana de su estudio frente a la plaza San Pedro, lo que tranquilizaría a los católicos, que temen que haya perdido el uso de la palabra.

En el parte médico, el Vaticano confirma que el Papa sufrió una «laringotraqueítis aguda» y que no se trata de una forma más grave de la enfermedad neurológica que lo afecta desde años.

La dramática aparición del domingo pasado y la actitud de una parte de la jerarquía de la Iglesia ante el deterioro de las condiciones de salud de Juan Pablo II, provocaron debates entre los católicos de varios países.

Por su parte, un portavoz de la organización de las Jornadas Mundiales de la Juventud, confirmó a la AFP que el Papa presidirá el evento que se celebrará en Colonia, Alemania, en agosto próximo.

La confirmación del viaje, el 105º desplazamiento al exterior, resulta una señal más del optimismo que demuestra el Vaticano por la mejoría de las «condiciones generales» del pontífice.