Papa resalta valor del perdon

Papa resalta valor del perdon

Ciudad del Vaticano,  (EFE).- El Papa dijo hoy que el perdón de Dios a través del sacramento de la penitencia hace a los hombres apóstoles de paz en un mundo en el que continúan las divisiones, los sufrimientos, las injusticias, el odio y la violencia y la incapacidad de reconciliarse.

Benedicto XVI hizo estas manifestaciones ante unas 40.000 personas que asistieron en la plaza de San Pedro del Vaticano a la audiencia pública de los miércoles, cuya catequesis dedicó al Triduo Pascual, que comienza mañana con los ritos del Jueves Santo.

El Pontífice subrayó que la celebración de la Pascua da la certeza de que el mal no tiene la última palabra, «a pesar de la oscuridad que hay en el mundo».

El Obispo de Roma invitó a los fieles a prepararse para la Pascua a través del sacramento de la confesión y subrayó: La reconciliación «nos permite saborear más intensamente la alegría que Cristo nos comunica con su resurrección».

«Su perdón, que se nos dona en el sacramento de la penitencia, es fuente de paz interior y exterior y nos hace apóstoles de paz en el mundo, donde continúan por desgracia las divisiones, los sufrimientos, los dramas de las injusticias, del odio y de la violencia, de la incapacidad de reconciliarse y comenzar de nuevo con el perdón sincero», dijo el Papa.

Benedicto XVI presidirá todas las celebraciones del Triduo Pascual, que comenzarán a primeras horas de mañana, Jueves Santo, con la Misa Crismal, en la basílica de San Pedro.

La Misa Crismal marca el comienzo del Triduo Pascual que es centro y culmen del Año Litúrgico y durante la misma el Papa bendecirá el Oleo de los catecúmenos, el de los enfermos y el Crisma (aceite y bálsamos mezclados).

Estos óleos son bendecidos el Jueves Santo por los obispos y se utilizan para ungir a los que se bautizan, a los que se confirman y para la ordenación sacerdotal. El rito se celebra en todas las catedrales del mundo.

Por la tarde se trasladará a la basílica de San Juan de Letrán, la catedral de Roma, para celebrar la misa de la Ultima Cena, en la que tradicionalmente se les lavan los pies a doce presbíteros.

Benedicto XVI ha querido que el dinero que se recoja durante la misa se destine al proyecto de reconstrucción de casas para las víctimas del alud de barro que afectó a la zona de Maasin, en Filipinas.

El Viernes Santo, 14 de abril, se trasladará de nuevo a la basílica de San Pedro para presidir, por la tarde, la celebración de la Pasión del Señor.

Por la noche acudirá al Coliseo de Roma, en el centro de la Ciudad Eterna, para presidir en ese lugar, que simboliza el martirio de muchos cristianos, el tradicional Vía Crucis.

En la noche del Sábado Santo presidirá en la basílica de San Pedro la Vigilia Pascual, considerada la «madre de todas las vigilias», la noche en la que la Iglesia permanece a la espera de la Resurrección del Señor.

Joseph Ratzinger bendecirá en el atrio de la basílica vaticana la llama nueva y encenderá el Cirio Pascual, con el que entrará en procesión en el templo.

Tras el canto del «Exsultet», o Pregón Pascual, el Obispo de Roma presidirá la larga ceremonia, durante la que procederá a bautizar, como es tradición, a varios catecúmenos.

El Domingo de Resurrección, día en que cumple 79 años, presidirá en la plaza de San Pedro del Vaticano la Misa de Resurrección, tras la que pronunciará el tradicional Mensaje Pascual e impartirá la bendición «Urbi et Orbi», a la ciudad de Roma y a todo el mundo.

Benedicto XVI tiene previsto trasladarse unos días a la residencia de Castel Gandolfo, a una treintena de kilómetros al sur de Roma, para descansar. EFE

 

 

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