CUDAD DEL VATICANO. AFP. Hecho excepcional, el papa Benedicto XVI convocó ayer y hoy a todos los obispos de Irlanda, indignado por los actos «particularmente odiosos» de sacerdotes de la región de Dublín que, amparados por su jerarquía, abusaron de cientos de niños durante decenios.
Están previstas no menos de tres reuniones: la delegación irlandesa fue recibida por Benedicto XVI ayer por la mañana, y están previstos otros dos encuentros hoy por la mañana. Esta convocatoria de toda la jerarquía episcopal de un país es un procedimiento excepcional, señalan expertos en asuntos vaticanos. «Vuestras comunidades, que ven a ciertos hombres de la iglesia implicados en actos particularmente odiosos, atraviesan una dura prueba», declaró el secretario de Estado del Vaticano, cardenal Tarcisio Bertone, durante una misa celebrada antes de la primera reunión con el papa, a la que asistían 24 obispos irlandeses. Para la Iglesia, «las pruebas que vienen de su propio seno son naturalmente más duras y humillantes», pero «toda prueba puede convertirse en motivo de purificación.