CIUDAD DEL VATICANO (AFP).- El papa Juan Pablo II, hospitalizado desde hace más de una semana, faltó este día a la tradicional ceremonia del Miércoles de Cenizas en el Vaticano, pero su portavoz anunció que será dado de alta en pocos días.
«Espero que el parte médico del jueves sea el último», aseguró este miércoles el portavoz del Papa, Joaquín Navarro Valls, a la salida del hospital romano Gemelli donde el pontífice fue internado por una crisis respiratoria, dejando entender que va a ser dado de alta en pocos días.
Según fuentes oficiosas, el Papa deberá regresar probablemente a la sede apostólica el viernes y se asomará a la ventana de su estudio frente a la plaza de San Pedro para el angelus dominical.
«Todo depende del estado en que los médicos encontrarán el jueves a su paciente», afirmaron fuentes cercanas al Vaticano, quienes recalcaron que se trata de «una hipótesis de trabajo».
Todo parece indicar que las condiciones de salud del pontífice, de 84 años, que sufre la enfermedad de Parkinson, han mejorado y puede retomar gradualmente sus actividades, ya reducidas, a la cabeza de la iglesia católica.
El Papa cumplió en su habitación el rito del Miércoles de Cenizas y fue marcado en la frente en su lecho de hospital por su secretario privado, monseñor Stanislaw Dziwisz, con la cruz de cenizas, seguido de la antigua fórmula que dice: «Polvo eres y en polvo te convertirás».
Es la primera vez que el Papa deja de participar en la ceremonia que solía celebrarse en una antigua basílica romana y desde hace dos años en San Pedro.
El Papa, que concelebró la misa en su habitación del décimo piso del policlínico Gemelli, fue visitado luego por el cardenal italiano Camillo Ruini, quien quiso tranquilizar a la opinión pública sobre sus condiciones de salud.
«Lo encontré verdaderamente bien» de salud, afirmó el purpurado, quien recalcó que conversó con él sobre problemas internos de la iglesia y sobre el inicio este miércoles de la Cuaresma, los 40 días de reflexión y ayuno que preceden la Semana Santa.
Los últimos partes médicos difundidos por el Vaticano señalaban que se alimenta regularmente y puede pasar varias horas sentado en una silla.
El Papa recibió este miércoles en su habitación a un niño enfermo de cáncer y al cardenal italiano Giovanni Battista Re, prefecto de la congregación para los obispos.
«Acabo de ver al Papa y me dejó una buena impresión», declaró el purpurado.
Grupos de estudiantes y religiosos organizaron al atardecer del miércoles coros y rezos frente la ventana de su dormitorio en el hospital con el fin de animarlo y pedir por su pronta recuperación.
«Estamos aquí con teclados y guitarras para darle fuerza», dijo a la AFP el joven español José, estudiante de medicina en el policlínico Gemelli.
Por su parte, el cardenal estadounidense James Francis Stafford fue el encargado de presidir la ceremonia en la basílica de San Pedro por el Miércoles de Cenizas, a la que asistieron cientos de religiosos y creyentes.
«Pensamos en el Papa con afecto y rogamos al Señor que le conceda la gracia necesaria para que con su carisma pueda confirmar a nuestros hermanos en la fe», dijo.
La actitud de una parte de la jerarquía de la Iglesia ante el deterioro de las condiciones de salud de Juan Pablo II, sobre todo después de la dramática aparición del domingo en la ventana del hospital, suscita debate entre los católicos de varios países.
Si bien los católicos franceses del diario La Croix piden respeto por un anciano enfermo, sugiriendo que su fragilidad no sea expuesta ante los medios de comunicación, otros consideran que su deterioro físico es comparable al calvario de Cristo.
«La verdad es que ante su creciente incapacidad inicia una nueva fase del pontificado, ante la cual la curia romana, es decir el gobierno central de la Iglesia, se encuentra dividida», escribió este miércoles el vaticanista del diario la Repubblica, Marco Politi.
De una lado, se encuentran los tradicionalistas, que no quieren que cambie la situación y apoyan la idea de que el Papa siga en el trono hasta el final, y del otro están los pragmáticos, que no descartan la posibilidad de que el Papa abdique, explicó.