Papanicolaou sin temor

Papanicolaou sin temor

Si el Papanicolaou forma parte de los chequeos de salud que te hace tu médico regularmente, o si te has realizado uno en los últimos tres años, te felicitamos: perteneces al grupo de mujeres para quienes esta prueba no representa algo porque temer, un signo de alarma o un procedimiento médico tan misterioso y complicado que es preferible ni mencionarlo.

Lamentablemente, no todas las mujeres se hacen un Papanicolaou periódicamente. Todavía en nuestro país persisten altos niveles de desinformación acerca de la prueba, lo que aunado a las falsas creencias que circulan de una generación de mujeres a otra, son los mayores obstáculos para que las féminas hagan del Papanicolaou un examen de salud rutinario.

Según datos del Programa Nacional de Control de Cáncer Cérvicouterino, provistos por su director, doctor Julio Duarte, durante el año 2003, en el sistema público de salud se realizaron 209, 403 pruebas de Papanicolaou, que distribuidas en una población de 2 millones de mujeres en edad fértil (de 15 a 49 años) indican que apenas el 10 por ciento de las mujeres dominicanas se la practicaron. Aunque esta cifra no incluye las pruebas realizadas por el sector privado ni por las ONG del área de la salud que también la ofertan, revela que algo pasa que las mujeres no se hacen la prueba con la frecuencia debida.

[b]FALSAS CREENCIAS[/b]

La doctora Ruth Santos, quien con 14 años de experiencia en salud sexual y reproductiva en el Subcentro de Mata Hambre realiza un promedio de 200 Papanicolaou a la semana, habla sobre las falsas creencias de la población. Expresa que muchas mujeres les dicen a sus hijas que hasta que no tengan hijos no se pueden hacer la prueba. También es frecuente escuchar, añade la doctora, que “las mujeres embarazadas no se lo deben hacer por que se les malogra la criatura o pierden la barriga, o los hijos nacen deformes”. Ninguna de las dos creencias es cierta: toda mujer que tenga o haya tenido vida sexual activa, debe realizarse un Papanicolaou.

“Aun en la clase médica, como en la población general, persisten falsas creencias que bloquean que una paciente prevenga una enfermedad tan letal como es el cáncer cérvicouterino”, afirma la doctora Santos.

El doctor Duarte y la doctora Santos coinciden en señalar que los médicos también constituyen un obstáculo para que las mujeres se hagan el Papanicolaou. “A veces el médico le dice a la paciente que no le puede realizar la prueba porque vino a la consulta en falda, porque tuvo relaciones sexuales la noche anterior, o se introdujo los dedos en la vagina para asearse”.

“Si una paciente viene donde mi y me dice que ha tenido relaciones sexuales en la mañana, yo le tomo su muestra, porque de no hacerlo, puedo perder la oportunidad de captar a una paciente con un cáncer”, y añade, “las relaciones sexuales no impiden que un citólogo vea las células anormales, lo que puede observar también son espermatozoides”, afirma Santos.

Por su parte, el doctor Julio Duarte señala que anteriormente no se le tomaba la muestra a las mujeres que habían tenido relaciones sexuales, se habían dado duchas vaginales o habían usado óvulos o cremas vaginales. “Hoy sabemos que no podemos negarle el servicio a ninguna mujer con esas condiciones, porque junto a los espermatozoides, la crema o el óvulo, el patólogo verá las células malignas”. Acota que sería mucho mejor tomar una muestra en condiciones ideales, pero que es más importante no negar el servicio.

El doctor Duarte señala también la existencia de inequidades que actúan como obstáculos para que la mujer que acude al centro de salud pueda hacerse su Papanicolaou: “En muchos establecimientos de salud, sobre todo en la zona rural, se programa la toma de muestra un solo día a la semana”.

Ante esta situación, una mujer pobre que deba pagar pasaje o recorrer grandes distancias para llegar al centro, no tendrá acceso a la prueba si el día que puede buscar el servicio, el establecimiento no lo oferta. “Esas son las pacientes que no vuelven jamás a hacerse un Papanicoalou”.

[b]EN QUE CONSISTE UN PAPANICOLAOU[/b]

Antes de hablar de la prueba, es preciso referir que las superficies mucosas que revisten las cavidades del organismo humano (boca, tubo gastrointestinal, vagina, cuello del útero, entre otras), están cubiertas por un tipo de tejido llamado epitelio, cuyas células se descaman en la medida en que otras nuevas van naciendo.

Este mecanismo normal de recambio celular permite que los médicos puedan frotar suavemente la superficie del tejido y obtener una muestra de esas células para observar sus características con el auxilio del microscopio.

Para entender esto mejor, imagine que usted frota la parte interna de la mejilla (carrillo) con un hisopo; si ahora frota ese mismo hisopo en una laminilla de vidrio, la tiñe adecuadamente y la pone bajo un microscopio, verá aparecer ante sus ojos las células que hasta hace poco estaban adheridas a su mucosa bucal.

El cervix o cuello del útero es la parte inferior del útero; la mitad de él penetra en la vagina, mientras que la otra mitad queda por encima. El cuello es atravesado por un conducto que desemboca en la vagina por el llamado orificio cervical externo (que es la parte que se observa con más facilidad cuando el médico hace un examen cérvicovaginal). El tamaño y la forma del cuello uterino varían según la edad, el número de hijos y el momento del ciclo hormonal de la mujer.

En 1941, George Papanicolaou describió una forma de teñir las células que son desprendidas desde el epitelio o superficie exterior del cervix, lo que hace posible detectar las células con transformaciones anormales: tanto las precursoras, previas a la aparición del cáncer, como para las células plenamente cancerosas.

Este procedimiento se basa en que durante el desarrollo del cáncer, las células comienzan a producirse de manera desordenada, se desprenden más fácilmente y muestran alteraciones que las distinguen claramente de las normales.

[b]TOMA DE MUESTRA[/b]

Al hacer el Papanicolaou, ni el médico arranca un pedacito del cuello del útero, ni introduce un alicate en la vagina, como muchas mujeres creen. El procedimiento para realizar el Papanicolaou es simple:

Se coloca a la paciente en posición ginecológica, y después de que el médico le solicita con palabras tranquilizadoras que se mantenga relajada y sin contracciones musculares, se le introduce suavemente un especulo desechable hasta lograr la visión directa y completa del cuello uterino.

Para obtener la muestra de las células del cervix se utiliza “un instrumento que parece un palito”, según lo describe la doctora Santos, llamado espátula de Ayre. Con ella se raspa suavemente el lugar donde se originan la mayoría de los canceres cervicouterinos, es decir la unión escamocolumnar o epitelio de transición. Si el médico no puede observar ese punto del cuello, debe tomar adicionalmente una muestra del canal endocervical con un cepillo especial llamado citobrush.

Algunas mujeres se quejan de dolor cuando el médico introduce el especulo en la vagina para poder visualizar el cuello. Al respecto, la doctora Santos asegura que si la paciente está relajada el Papanicolaou es totalmente indoloro. “Pero, si la paciente está tensa o un poco irritable, esto puede producirle molestias”.

El procedimiento para la tomar muestras de las células del cuello del útero, además de ser indoloro, no produce sangrado. “Si alguna mujer sangra, la causa más probable es que tenga una cervicitis o inflamación del cuello u otra lesión que haga que al tomar la muestra, por muy delicado que sea el médico, el cuello sangre”, afirma la especialista.

[b]CADA CUANTO TIEMPO SE DEBE HACER EL PAP[/b]

La periodicidad con la cual una mujer debe realizarse una prueba de Papanicolaou se establece según el criterio del médico que la evalúa; no obstante, existe, como explica el doctor Duarte, una normativa que establece lo siguiente:

Si una mujer se realiza dos Papanicolaou en años consecutivos y sus resultados son normales, “podrá realizarse el próximo dentro de dos o tres años”.

En caso de una mujer con un segundo Papanicolaou anormal, la prueba deberá repetirse a los seis meses, dependiendo del tipo de alteración encontrada. “Si se encuentran cambios relacionados con el Virus del Papiloma Humano, la vigilancia deberá ser más estricta”, porque ese virus provoca alteraciones en el genoma de las células que conducen al cáncer cervical.

El director del Programa Nacional de Control de Cáncer Cervical considera que es innecesario que una mujer joven se haga una prueba cada seis meses, si sus anteriores Papanicolaou han sido normales. “En nuestro país se hacen muchos Papanicolaou a mujeres jóvenes, pero nosotros sabemos que el pico de incidencia de la enfermedad varía entre los 25 y los 59 años”, por esta razón hay que hacer más énfasis en que las mujeres de más edad se lo practiquen.

El riesgo de cáncer cervical aumenta con la edad, por lo que resulta paradójico que el grupo de mujeres con mayor posibilidad de padecerlo sea el que menos Papanicolaou se realiza. Es frecuente escuchar a muchas mujeres de más de cincuenta años decir que ellas no se hacen el Papanicolaou porque “esos feferes ya no se utilizan”, aludiendo a que no tienen vida sexual activa.

Lo cierto es que, aunque en la actualidad una mujer no esté sexualmente activa, debe hacerse su Papanicolaou porque su edad es un factor de riesgo para contraer la enfermedad, además de otros que pueda tener y que dependen de que tan tempranamente empezó a tener relaciones sexuales coitales, del número de compañeros sexuales que haya tenido y de su condición socioeconómica.

[b]¿Y DESPUÉS DEL PAPANICOLAOU QUE?[/b]

“Muchas mujeres cuando se hacen la prueba, lo primero que piensan es: ‘voy a salir con cáncer’, pero a ellas les decimos que no deben pensar lo negativo, sino lo positivo”, que hacerse esta prueba es una forma de cuidar su salud.

Otras, por temor, no acuden a buscar los resultados; “algunas dan direcciones falsas y si salen con algún problema, no tenemos como localizarlas”. Sobre esto, la doctora Santos añade: “es un error tan grave como no hacerse un Papanicolaou nunca”.

El Papanicolaou es una prueba de tamizaje o cribado que permite separar a las mujeres en dos grupos: las que presentan células anormales en su cuello uterino y las que no las presentan. Las que presentan células anormales deben ser sometidas posteriormente a pruebas diagnósticas como son la colposcopía y la biopsia.

[b]CON RIESGO DE CÁNCER CERVICAL[/b]

• Mujeres con historia de Papanicolaou anormal.

• Mujeres que nunca se han realizado un Papanicolaou.

• Mujeres de más de 45 años.

• Mujeres que iniciaron sus relaciones sexuales durante la adolescencia

• Mujeres que tienen o han tenido varios compañeros sexuales que no usan condón.

• Mujeres con poca educación formal

• Mujeres de baja condición socioeconómica

• Mujeres en quienes se ha diagnosticado el Virus del Papiloma Humano.

[b]¿CUÁNTO CUESTA UN PAPANICOLAOU?[/b]

Salud/Hoy investigó sobre los precios de los Papanicolaou en diferentes establecimientos de salud; estos son los resultados:

Centros privados:

• Clínica Corominas Pepín: 350 pesos.

• Centro de Pediatría y Especialidades: entre 250 y 300 pesos.

• Centro Oriental de Ginecología y Obstetricia: 700 pesos (incluye consulta).

• Centro Medico Hispánico: 400 pesos.

• Centro Médico Dominico Cubano: 700 pesos (incluye consulta).

En la mayoría de los centros privados las pacientes que poseen seguro médico deben pagar entre 100 y 200 pesos de diferencia.

Patronatos, Fundaciones y ONG:

• Plaza de la Salud: 144 pesos.

• Instituto Oncológico: 125 pesos.

• Clínica de ADOPLAFAN (Villa Mella): 125.

• Clínica Evangelina Rodríguez (PROFAMILIA): entre 250 y 280 pesos.

Centros públicos: Aunque el servicio es gratuito, en muchos establecimientos de SESPAS cobran entre 15 y 50 pesos por concepto de cuotas de recuperación; con este dinero, los centros compran espéculos y pagan los servicios del laboratorio de citología que realiza la lectura de las laminillas. En otros centros públicos las pacientes deben llevar el especulo desechable.

Sobre la cuota que cobran esos centros, el doctor Duarte refirió que la Secretaría de Estado de Salud Pública está realizando las acciones necesarias para que terminar con esa situación, ya que el programa nacional provee los insumos necesarios para que no tengan que cobrar nada a la pacientes que quieren hacerse el Papanicolaou.

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