¡Papeles recuperados!

¡Papeles recuperados!

“El dibujo como representación o construcción de la forma a través de líneas y tonos, permite ahondar en lo trascendente y duradero porque la línea y el tono se perciben tales como son, no importa donde se encuentre el observador”… “Recuperación del papel”, es mi reencuentro con este material, pero es también un llamado a las fuerzas interiores para que a través del papel se hagan visibles”. José Ramón Medina, 2019.

Hacia el remate de la segunda decada del siglo XXI, la obra gráfica y/o poligráfica; la fotografía y el arte digital sobre papel, continúan como medios secundarios en el “gusto” y la “experticia” de los galeristas, coleccionistas y promotores del arte contemporáneo en Santo Domingo. A diferencia de Europa, Asia (especialmente China y Japón) y Estados Unidos, contextos donde, precisamente en el transcurso de las últimas dos décadas, la obra artística sobre papel adquiere un justo y alto rango de adquisición, en América Latina y el Caribe, la pintura sobre tela sostiene un predominio absoluto en el gusto y los criterios de valoración del coleccionismo.
En nuestro país, resurgen cíclicamente las mismas interrogantes sobre las razones de la exclusión del dibujo y la grafica en las principales colecciones privadas. ¿Mito? ¿Tradición? ¿Incultura? ¿Manía? ¿Desconocimiento? Sin embargo, aquí se impone reconocer que, desde hace más de tres décadas, galeristas como Mildred Canahuate y Juan José Mesa a través del Salón Internacional del Dibujo; el Museo del Dibujo Contemporáneo; el Festival del Dibujo; Galería Arawak; Mesa Fine Art y TINTA/Bienal Internacional del Dibujo de Santo Domingo, persisten con esmero en su ejemplar apuesta a favor de la revalorización de la categórica autonomía estética y significativa del dibujo, irradiando conocimiento y permeando sensiblemente el gusto de los nuevos coleccionistas.

Y es muy probable que esa entusiasta y desvelada obstinación de Mildred Canahuate y Juan José Mesa por el dibujo en Santo Domingo, tenga que ver con que nuestro país pueda contar con una legion de creadores excepcionales cuyas producciones se enriquecen ostensiblemente con sus excelentes adiciones sobre el papel. Entre los consagrados, destacan José Gausachs 1891-1959), Clara Ledesma (1924-1999), Iván Tovar (1942), José Cestero (1937), Ramón Oviedo (1924-2015), Virgilio Méndez (1941-2003), Domingo Liz (1931-2013), Alberto Ulloa (1950-2011), José Rincón Mora (1937-2016), Vicente Pimentel (1947), Dionisio Blanco (1954), Rosa Tavárez (1939), Elsa Núñez (1943), Antonio Guadalupe (1941) y José Perdomo (1952).

El grupo se fortalece de forma considerable con una serie de creadores activos que practican el dibujo y el grabado como formas prístinas del hecho plástico, estimando los atributos técnicos y estéticos intrínsecos del papel hasta el punto de que su obra sobre este medio resulta axial en su producción global, tales como Radhamés Mejía (1960); Jesús Desangles (1961); Raúl Recio (1965); Aquiles Azar Billini (1965); Inés Tolentino (1962); José Ramón Medina (1954), Leonardo Durán (1957), Elvis Avilés (1965), Iris Pérez (1967) y Rosalba Hernández (1968). Una mayor voluntad creativa y una irreductible decisión experimental se aprecia en las creaciones de estos artistas cuando optan por el papel frente a otros soportes.

Y esto es lo que hemos podido comprobar recientemente al recorrer la exposición “Recuperación del papel”, presentada por José Ramón Medina en los espacios del Centro Domínico Alemán ubicado en la C/Isabel la Católica 212# de la Ciudad Colonial. Se trata de una colección de dibujos sobre papel, ejecutados en pequeño formato, diferentes etapas productivas y distintas técnicas cuya excelencia estética descansa en la extraordinaria efectividad de sus atractivos valores plásticos, así como en los depurados niveles de síntesis formal que adquiere en los últimos años la dicción visual personal de JRM.

Entre abstracción y transfiguración, los contenidos objetivos que sitúan y vitalizan estos papeles recuperados de JRM, nos remiten a las manifestaciones folclóricas, mágico-religiosas y espirituales dominicanas y caribeñas, sin olvidar su aprecio de lo onírico, lo fantasmático y la constante preocupación por la naturaleza, lo ecológico y el medioambiente.

En este maravilloso gabinete de trabajos a la tinta, el lápiz, acuarela y técnica mixta sobre papel, José Ramón Medina nos permite apreciar su dominio y su profunda conciencia sobre el dibujo. Y no es que el artista haya estado recogiendo, recortando o remoliendo papeles de pre-consumo o post-consumo para producir un nuevo soporte. La “Recuperación del papel” de JRM ha consistido más bien en una criba apasionada, magistral y absoluta de los medios y materiales pictóricos tradicionales.

Asimismo, en este excitante gabinete, además de materializar un delicioso torrente de efectos expresivos y gráfico-visuales, mediante un virtuosismo tan lúcido como arrebatado en el manejo conceptual de la forma, la línea, el color-luz, el diseño, las tonalidades y los juegos texturales, José Ramón Medina nos retrotrae efectivamente hacia sus ejercicios creativos iniciáticos al mismo tiempo que accedemos a una visión amplificada de su disciplinado, arduo y fecundo proceso evolutivo como creador de imágenes.

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