Para anotar en la agenda urbana

Para anotar en la agenda urbana

Una de las huellas del progreso es el auge de los grandes establecimientos comerciales en los núcleos urbanos. Pero este progreso trae grandes inconvenientes cuando, en una zona densamente poblada y de mucha circulación de vehículos, el espacio adquirido para instalar academias, plazas comerciales y otros negocios no alcanza para habilitar áreas para estacionamiento o para carga y descarga de mercancías. El resultado es el tremendo caos que se produce porque los clientes que frecuentan los establecimientos aparcan sus vehículos comoquiera y dondequiera.

En el Gran Santo Domingo abundan casos de este tipo. Hay zonas que han perdido su tranquilidad original porque alguien construyó un gran establecimiento en las inmediaciones, pero no previó soluciones de estacionamiento para los clientes. Hay zonas municipales en las que los inmuebles han perdido valor por la situación señalada, pues a los vehículos de los clientes y de carga, se suman los taxistas y carros del concho en busca de pasajeros.

Desde luego, el problema tiene sus raíces en el hecho de que las autoridades facultadas para aprobar obras de esta naturaleza, no se preocupan por determinar si en el proyecto se ha contemplado zonas de estacionamiento. La evolución económica por el auge comercial tiene que motivar una actualización de las normas urbanísticas.

Premio a una obra de amor

Una calle del sector Miraflores ha sido bautizada con el nombre de doña Mary Pérez viuda Marranzini, en justo premio por la gran obra de amor que ha devuelto las habilidades motoras a miles de niños y adultos cuyas extremidades han resultado dañadas por enfermedades, particularmente la poliomielitis. Con esta denominación, consignada en una ley, el Ayuntamiento del Distrito Nacional reconoce el trabajo de esta dama, que fundó y preside la Sociedad Dominicana de Rehabilitación.

Doña Mary sufrió en carne propia los efectos de la polio porque, siendo aún pequeño, su hijo Celso fue víctima de los daños de esa enfermedad. El dolor por ese evento la hizo reflejar las penurias de otras madres y se lanzó, en compañía de otras personalidades, a materializar el proyecto rehabilitador que tantos servicios ha prestado a la sociedad. Sus méritos justifican este emotivo homenaje.

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