El doctor Leonel Fernández Reyna es un fenómeno político dentro y fuera del país. Su liderazgo ha trascendido las fronteras nacionales como lo acaba de demostrar durante su gira por Europa, especialmente Alemania, donde se convirtió en el primer presidente dominicano en ser recibido por el mando superior de aquella poderosa nación. Igualmente, sostuvo un encuentro en la Casa Blanca con Barack Obama, primer mandatario de los Estados Unidos.

Olvidémonos por un momento de las diferencias partidarias, y demos al César lo que del César y a Dios lo que es de Dios:

Leonel se ha convertido en una figura de relieve mundial o continental, que ha representado con dignidad y decoro su patria. En términos de relaciones internacionales y política exterior el gobernante criollo se ha puesto a la altura y nivel de los tres grandes líderes Joaquín Balaguer, José Francisco Peña Gómez y Juan Bosch, y se puede afirmar, sin que esto sea una falta de respeto, que en algunos aspectos los ha superado, aunque por razones de humildad evita siempre caer en comparaciones.

Con motivo de la promoción a destiempo de precandidaturas presidenciales dentro del PLD, un veterano dirigente de esa organización, con sobrada autoridad, olfato político y sabiduría, se ha preguntado si alguien está en condiciones o tiene la capacidad de ponerse los zapatos de Leonel.

La interrogante insinúa de manera clara y hasta maliciosa que Leonel no tiene competidores dentro ni fuera del PLD, y que, como es “el pueblo que debe decidir el asunto de la reelección”, palabras del propio Presidente de la República en su reciente encuentro con la prensa, entonces, el camino del referéndum o el plebiscito está abierto.