Nos referimos como Comunicación Infantil a ese acto de conversar e interactuar eficientemente con nuestros niños, provocando esa correcta interacción que permita que usted entienda lo que su niño/a sienta o quiera expresar, así como él/ella comprenda lo que usted le quiere decir.

Existen dos tipos de comunicación: una verbal y otra no verbal; es decir, con nuestros niños nos podemos comunicar tanto a través de las palabras como a través de una mirada, de una sonrisa o hasta con una expresión facial o corporal, la postura de su cuerpo o los movimientos que con él realice tiene mucho que decirnos, nos refleja sus inquietudes, temores y emociones.

Es importante que entendamos que mantener una comunicación efectiva con nuestros niños implica preservar siempre nuestras capacidades de observación, escucha y habla.

Cuando hablamos de OBSERVAR nos referimos a mirar siempre bien y detenidamente a nuestros niños para poder ver lo presente y lo ausente, buscando detectar y prestar atención a patrones, características y cambios.

Sin embargo, ESCUCHAR significa oír lo que dicen los niños y lo que no dicen, para detectar mensajes y sentimientos según el tono de voz.

 Escuchándolos es una de las maneras más importantes de llegar a conocer a nuestros niños; si queremos que nos hablen y nos cuenten sus cosas, debemos practicar escucharles atentamente.

Es preciso entender que si les escuchamos cuando nos cuentan lo insignificante, luego nos contarán lo importante. No podemos olvidar que dedicarles tiempo a escuchar a nuestros hijos conduce a reconocerlos y aceptarlos como individuo.

En cambio, el medio de HABLAR con los niños, busca reflejar una seguridad y confianza, necesaria para lograr conversar de asuntos importantes y temas difíciles, sabiendo escoger siempre el momento y lugar apropiado.

Quiero resaltar que lo más importante aquí es hablar con ellos, no hablarles a ellos; es decir, hay que llamar su atención antes de empezar a hablar y procurar expresarnos con claridad, y según el nivel de entendimiento de cada uno.

En mi opinión, si busca alcanzar la correcta comunicación infantil, debe evitar o minimizar los obstáculos de la misma: ordenar, amenazar, sermonear, criticar, ridiculizar, interrogar, rechazar, ignorar y atacar.