Los niveles de violencia contra las mujeres en la sociedad dominicana son alarmantes. Cada año decenas mueren asesinadas por parejas y exparejas.
A esto se suma el acoso sexual callejero, los llamados piropos, de los cuales son víctimas mujeres, jóvenes y hasta niñas. Y en el plano estructural la violencia económica, sistémica, cultural y patriarcal.
Históricamente, la respuesta del Estado dominicano ha sido descoordinada y poco sistémica.
Lo usual es que, sobre todo para fechas alusivas a conmemoraciones, se hagan campañas. Justo ahora, en el marco del Día Internacional de la No Violencia contra la Mujer, el Ministerio de la Mujer inició la campaña de concienciación “El poder de tu voz”, basada en la promoción de la Línea de auxilio 24 horas.
Sin embargo, enfrentar el tema de la violencia a las mujeres, considerando las dimensiones actuales de la problemática, requiere más que otra campaña.
Más que discursos y galas, el gobierno del presidente Danilo Medina, quien, como quería, ya tiene su Congreso, debería evidenciar voluntad política y motivar al Poder Legislativo a que como hizo con su reelección, apruebe el Proyecto de Ley Orgánica para la Prevención, Atención, Sanción y Erradicación de la Violencia contra las Mujeres, pendiente desde el 2012.
Este proyecto de ley da respuesta a la disgregación institucional que existe en el tema. Aporta un enfoque integrador e institucional de la violencia de género y asigna responsabilidades a las instancias gubernamentales, sociedad civil y sector privado, colocando al Ministerio de la Mujer como ente coordinador.
Partiendo de las implicaciones de salud en el tema, responsabiliza al Ministerio de Salud Pública de notificar los casos de violencia que maneje, elaborar y reportar las estadísticas vinculadas, establecer políticas para impedir la revictimización de las mujeres abusadas, con base en normas y protocolos establecidos y le exige algo muy necesario para la parte de penalización: preservar las pruebas de malos tratos y de agresiones sexuales.
Y como la educación también tiene mucho que ver en este tema, este proyecto exige a los ministerios de Educación y de Educación Superior incluir programas curriculares tendentes a evitar los estereotipos, así como corresponde al Ministerio de Cultura velar por que los espectáculos públicos, las expresiones artísticas y el contenido de los medios de comunicación respeten la dignidad de la mujer y eviten la discriminación y el reforzamiento de estigmas.
En la sociedad dominicana ningún problema se resuelve sólo con una ley. Pero en materia de violencia contra las mujeres este enfoque estatal coordinado puede aportar mucho si además de la aprobación de la ley, las instancias gubernamentales, más que flores y discursos, este 25 de Noviembre conceden a las mujeres dominicanas la aprobación de esta ley como tolerancia cero a las agresiones y forma real de decir #NiUnaMenos.