Para desarrollarnos, desarrollemos las ciencias

Para desarrollarnos, desarrollemos las ciencias

Insistamos en el tema. No es un punto más en la agenda nacional. Tiene que ser visto y comprendido – y consecuentemente atendido – por todos los estratos de la sociedad dominicana. La conciencia nacional sobre el tema, ciertamente, ha ido ganando espacio. Los recursos disponibles para la educación gracias a la aplicación, desde hace cuatro años, del 4% del PIB para el sector y que inicialmente se orientaron mayoritariamente a dotarlo de la infraestructura física imprescindible para crear un entorno apropiado para el estudio, ahora empiezan a canalizarse también para elevar la calidad de la enseñanza. Algunos no entendieron al principio la estrategia de prioridad. La realidad nacional era que no pocos jornadas educativas se daban al aire libre y sobre piedras como pupitres. Ningún país logra calidad y liderazgo atendiendo solo a élites; es en la masividad donde está el potencial y eso se logra creando condiciones apropiadas para toda la masa estudiantil. Hace más de 20 años en países desarrollados diseñaron un método para incentivar el estudio de las ciencias, el “Programa de Educación en Ciencias” que la Academia de Ciencias de la RD ha hecho suyo a través del esfuerzo regional de las Academias de Ciencias. Precisamente, en las próximas semanas habrá de realizarse en Santiago de los Caballeros la reunión de los Puntos Focales, acogida en esa ciudad por la PUCMM. Es un reconocimiento al esfuerzo emprendido en la nación y para reiterar su disposición a acompañarnos.
Ciertamente el gobierno ha visualizado el impacto estratégico del estudio de las ciencias y ha tomado acciones como apoyar financieramente a universidades que formen maestros en ciencias “duras”: física, química, matemáticas, biología, para que aporten profesionales que vayan a nuestras aulas a brindar una formación de calidad. Un requerimiento urgente del empresariado y la estrategia nacional de desarrollo. Se brindarán recursos para que podamos contar con profesores de alta calidad, criollos y extranjeros. Incluso, se disponen de becas tanto para quienes opten por las carreras de pedagogía como para profesores que aspiren a maestrías e, incluso, doctorados. Solo con ese “ejército” de profesionales volcados a una docencia de calidad se podrá alcanzar una motivación por las ciencias desde temprana edad que nos encauce, verdaderamente, por el camino del desarrollo. Sin científicos no hay desarrollo. En el mundo hay conciencia desde hace más de 20 años de que prima cada vez menos interés en la juventud por el estudio de las ciencias, a pesar de que nos arropa una realidad en que prevalece lo tecnológico. Incluso, en un estudio reciente del Banco Mundial se destaca precisamente la situación de la RD ante la necesidad de buscar nuevos destinos para las exportaciones. Ello, advirtieron, requiere políticas de innovación.

El dominicano tiene potencial innovador y creador pero se le debe dotar del basamento que le permita el pleno despliegue de los mismos, pero para ello hay que generalizar el potencial formativo para que las mentes más audaces tengan la capacidad para proyectar su espíritu innovador. Solo lo lograremos con masividad y el perfeccionamiento de la enseñanza de las ciencias.

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