¿Para dónde vamos?

¿Para dónde vamos?

Eusebio Rivera Almodóvar

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Según analistas y técnicos expertos en finanzas públicas, en nuestro país no hay crisis política porque no hay crisis económica y eso representa una poderosa razón para que el gobierno y su partido permanezcan en el poder más allá del 2020, año de las próximas elecciones. Sin embargo, utilizando mi magro sentido común, ya que no puedo desafiar las formulaciones de los especialistas, me permito disentir de sus apreciaciones porque nuestra llamada “estabilidad macro-económica” está sustentada en un enorme endeudamiento externo que succiona el producto interno brutísimo y lo que queda es utilizado de preferencia en obras de infraestructura que, al tiempo que alivia necesidades de una pequeña parte de la población convierte en mega-millonarios a contratistas, funcionarios y legisladores que engullen la mayor parte de los dólares que nos prestan.
Los políticos nuestros se han especializado en mantener cerrados los abscesos o colecciones de pus, usando demagógicos paños tibios y gastando fabulosas sumas de dinero público en propaganda sobre su gestión, pero los elementos que hacen precaria la supervivencia para la mayoría de los ciudadanos se mantienen invariables o agravados. Por ejemplo el desorden institucional, las debilidades del “poder” judicial, la prostitución policial con un sistema arcaico de selección del personal y salarios miserables aprovechados como excusa para colaborar con la delincuencia; la ineficiencia en servicios básicos como salud y educación, la corrupción pública y privada, el desorden de la inmigración haitiana y la incorporación del soporte criminal a los actos de corrupción.
Huyendo de los resultados de nuestras realidades, muchísimos dominicanos emigraron a otras latitudes. Eso ha cambiado drásticamente. Si Dios lo permite, ampliaremos el concepto en nuestra próxima colaboración.

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