Para el 2016, justos y francos

Para el 2016, justos y francos

La franqueza es hermana gemela de la sinceridad; esa cualidad que nos mueve a decir verdades aunque duelan, piquen o exploten; por eso no todo el mundo puede ser franco. La justicia no viene aparejada con nadie; es totalmente independiente, más severa que la franqueza porque no discrimina cuando debe cortar lo que sea para equilibrar la balanza y sus ojos aparecen vendados con esa finalidad.

Hay tres elementos que vale la pena evaluar con justicia y con franqueza para tener una idea de cuán complejo se vislumbra el panorama electoral del 2016: Se trata de los partidos, sus líderes y sus candidatos, porque surge la pregunta de quién realmente arrastra a quién y cuál de los tres elementos será factor decisivo en las elecciones, ya que la tricotomía partido-líder-candidato se plantea así: ¿Qué pasa si el partido es malo, diminuto y desprestigiado, pero sus líderes son nuevos, honestos, con candidatos de gran arraigo y respeto en sus comunidades? ¿qué ocurre si el partido es grande, con gran prestigio histórico y envidiable estructura, pero sus líderes son corruptos, negociantes de la política y candidatos quemados por ejercicios anteriores, llenos de cuestionamientos? y ¿cuál será el desenlace si los candidatos son excelentes y los partidos (no importa el tamaño) y sus líderes son una vergüenza nacional?.

Siendo justos y francos, creemos que para el venidero proceso electoral debemos ignorar a los partidos y sus líderes y hacer una verdadera disección de los candidatos y votar por los mejores, olvidándonos de la contaminación que puedan representar su partido o sus dirigentes. La elección del presidente de la República es harina de otro costal.

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