En ocasión a la celebración de importantes conferencias de donantes a favor de Haití, a efectuarse en Santo Domingo y New York próximamente, el Servicio Jesuita a Refugiados/as y Migrantes (SJRM) insta a la comunidad internacional a asumir la integración y participación del pueblo haitiano en la reconstrucción de su país.

Para el SJRM es evidente que la población haitiana debe ser siempre considerada por los estados y organismos internacionales como sujeto imprescindible en la formulación e implementación de propuestas para la reconstrucción de su país.

En vista de la inminencia de los citados encuentros, concebidos para la promoción de la cooperación internacional en el proceso de reconstrucción de Haití, los estados, las agencias del sistema de Naciones Unidas y los organismos financieros internacionales deben tener presente que la solidaridad hacia Haití, aún en medio de las debilidades estructurales y situación actual de emergencia, debe  estar orientada por los principios de respeto a la soberanía, autodeterminación y dignidad de los pueblos.

Haití no debe ser objeto de ningún tipo de acciones que vulneren estos principios. Es preciso evitar incurrir en el intervencionismo y en el centralismo, ya que fueron estos precisamente los factores que más contribuyeron a la crisis estructural del Estado haitiano antes del terremoto del pasado 12 de enero.  

También es necesario tomar en cuenta la participación de la sociedad civil haitiana, la cual, en medio de la tragedia, dio muestras inequívocas de madurez y capacidad de respuesta, dando el primer paso en la organización de campamentos de refugiados, rescatando a personas debajo de los escombros y sepultando a las víctimas fatales, sin contar siquiera con las herramientas para esa labor.

Urge además desplegar todos los esfuerzos necesarios para rescatar y  dar vigencia a las reivindicaciones que la sociedad civil haitiana enarboló con anterioridad al terremoto para implementar un plan estratégico de desarrollo nacional, con relación a los temas de seguridad alimentaria, descentralización, inversión social, así como los mecanismos de articulación de las acciones entre el Estado, la sociedad civil, los organismos internacionales y otros actores estratégicos de la vida nacional haitiana.

Este es el momento no sólo para la reconstrucción de la infraestructura, sino también para el rescate del tejido social y la construcción de una nueva institucionalidad para la reforma de las estructuras de poder, con una orientación hacia la descentralización dentro de un marco de trasparencia.

La reconstrucción requiere de una visión como isla:

En vista de que Haití y República Dominicana comparten una isla, la cual puede ser afectada por la ocurrencia de múltiples fenómenos naturales que no conocen de fronteras, es importante que el citado proceso de reconstrucción sea asumido desde una visión isla, tanto por parte del Estado Haitiano y el Estado Dominicano, como por los demás actores claves, incluidas las organizaciones de las sociedades civiles de ambos países, para impulsar la reanudación de procesos binacionales y la reactivación de mecanismos de cooperación como la Comisión Mixta Bilateral.

Entendemos que la reconstrucción de Haití es una gran oportunidad para establecer nuevas relaciones binacionales, en el marco de las cuales se  promuevan el genuino desarrollo de los pueblos, las garantías al respeto de los derechos humanos, los mecanismos de protección del medio ambiente, el establecimiento de relaciones comerciales justas y el fortalecimiento del enfoque de relacionamiento intercultural de los pueblos.

Por último, queremos destacar que aunque esta vez les ha tocado al pueblo y al gobierno dominicanos demostrar su solidaridad hacia el pueblo haitiano, esa actitud debe ser permanente y recíproca.

Por todo lo dicho anteriormente, el SJRM propone que en las cumbres de donantes a celebrarse en Santo Domingo y Nueva York, se tomen muy en cuenta  las propuestas que las sociedades civiles haitiana y dominicanas van a hacer llegar a los organizadores de dichos eventos.