Para incentivar el turismo

Para incentivar el turismo

POR DOMINGO ABRÉU COLLADO
Para que no se diga que uno no aporta ideas para el desarrollo del país, o que uno es negativo con relación al crecimiento turístico, aquí les presento una idea que puede resultar todo «un palo» para desatar el «boom» turístico hacia la Línea Noroeste.

Antes de llegar a Monte Cristi hay un pueblito llamado Laguna Verde, que a poca distancia al norte de la carretera cuenta con una laguna que no necesariamente es verde, aunque a veces agarra el color. Pues si asociamos una laguna verde con un ser verde o de colores cambiantes, tendríamos todo un atractivo para que todo el que llegue a la República Dominicana se interese por ir a ver al «monstruo verde» de Laguna Verde. Algo así como el monstruo (Nessie) de la Laguna Loch Ness, en Escocia, o el de la Laguna Negra en los Estados Unidos.

La cuestión es dar rienda suelta a la imaginación. Ya tenemos la Laguna Verde, y en una región que se presta para la creación de muchas leyendas de aparecidos, chivos que le rajan la barriga a las iguanas, un «chupacabras» que no sólo chupa cabras sino todo lo chupable que aparezca, un par de ciguapas que «jupean» desde que comienza a oscurecer, etcétera.

Solo nos faltaría el monstruo, pero no creo que sea tan difícil. Es más, estoy seguro que podríamos encontrar uno en el Congreso de la República. Además, como en ese sitio -el Congreso- la gente se precia de desarrollista y de estar dispuesta a llenar el país de turistas y hoteles, creo con toda certeza que cualquiera de ellos estaría dispuesto a hacer el papel a cambio de una comisión incluida en el presupuesto de inversión para el desarrollo turístico de la Línea Noroeste.

Así es que ya saben en la Línea, arranquemos, que «todavía nos falta mucho por hacer, porque e’pa’lante que vamos».

LA ESCUELA VA DESPACIO

Lo que el letrero en la carretera indica no es que debe conducirse despacio porque hay una escuela a pocos metros, sino que avisa que la escuela de la zona va solidariamente despacio con las demás escuelas del país.

Y eso lo hemos podido comprobar en todos los parajes y ciudades donde hemos tenido alguna vez que ir a dar conferencias, participar en talleres o representar alguna organización en reuniones.

Con lo que nos topamos en cada caso, en cada escuela, es que los estudiantes cada vez están más «por su cuenta y la de Dios», como dice mi madre. Para poner un ejemplo, la principal actividad de los estudiantes de tercero y cuarto de bachillerato es buscar dinero para celebrar una graduación con una orquesta, un bachatero y un «discolight» con todo el reggaetón que haya salido desde los 90 a lo que va del 2000.

Por su parte, los profesores, se confiesan incapaces de controlar a los chicos y chicas a quienes hasta difícil es que soporten el uniforme. Por lo regular van con camisetas debajo para llevar la camisa del uniforme como mero accesorio y locos por soltarla, como para no identificarse con su calidad de estudiante, si es que se tiene alguna calidad.

Y en ese tenor tenemos entonces a grupos de profesores que se reúnen a la hora del «recreo» a rumiar su impotencia frente a niños y niños que esperaban vinieran con algo de educación de la casa… y cosa extraña, los padres están también esperando que sus niños y niñas lleguen con algo de educación de la escuela.

En tanto, la escuela va despacio… demasiado despacio.

LA ALARMA CON LA CARRETERA LUPERÓN

No llega a dos kilómetros el espacio de carretera que ha presentado recientemente efectos de corrimiento de tierra, derrumbes de algunas casas y resquebrajamiento del asfalto y de algunas casas de bloques. El resto de la carretera: unos treinta kilómetros, no presenta -o yo no he visto- esos efectos.

Lo que sí presenta esa larga y llana zona es que, a consecuencia de las lluvias los terrenos se presentan ahora inundados, en zonas que tradicionalmente estuvieron inundado.

Ahora, ¿qué es lo que ocurre con esa parte donde se han presentado derrumbes? Yo no soy geólogo… ni constructor de carreteras, pero me parece que esa zona recibió gran cantidad de relleno, y ahora, debido a la inundación, esos rellenos están cediendo. Pero como no soy geólogo ni «carreterólogo» no puedo afirmarlo totalmente.

Lo que sí creo firmemente es que antes de alarmar a la población es necesario que se investigue bien. Porque eso de «soltar bolas» hablando de la actividad de fallas, y de que la isla se está partiendo, o de que las montañas se están desrricando, no es más que alarmismo sensacionalista que no aporta nada a nadie.

Según he constatado en varios puntos de la carretera que va a Luperón, esa zona fue anteriormente una zona de constante presencia de agua, mucha inundación, y por lo tanto una ostensible inestabilidad.

El que haya cambiado un poco el clima y se hayan alejado las lluvias por un tiempo no era razón para que la gente construyera donde le viniera en ganas para ahora estar lamentándose luego que las lluvias regresaran de nuevo.

Ah, lo que prometí sobre «El Estrecho». Se llama así porque la zona era tan inundada y con tanto fango, que para pasar por el pueblo se tomaba un solo camino, en medio del enorme fango. Y que era tan estrecho que la gente tenía que ponerse de lado cuando venía otra persona. ¡Mire si era mojado el sitio! Y se está motivando lo de nombrarle Omar Bros, porque era una persona muy solidaria con la comunidad, principalmente con los niños.

TECNOLOGÍA Y GRAMÁTICA

La tecnología, en nuestras carreteras, como que no anda de manos con la gramática, por lo visto en muchos de los letreros que las adornan.

Este lo encontramos casi llegando a La Isabela, en la costa norte. Y aunque se ve que en el pueblo ya dominan «el arte» del video y el alquiler de películas, y que existe la intención de que haya también algún «movie rental», no ha sido suficiente como que el nivel del manejo del idioma esté a la par con la nueva tecnología del video y el disfrute en casa de la película alquilada.

Y no es que sea raro, pero ocurre que la gente que está en el negocio de las películas se les supone también asociadas a la lectura: de críticas de cine, de historia de películas, de narraciones sobre las peripecias en la filmación de películas, de biografías de actores, actrices, directores, guionistas, etc…. en fin, que la gente del negocio del alquiler de películas se les confiere o supone mejor nivel gramatical que los asociados a otros negocios de pueblo, como colmados, bancas, venta de arroz y otros.

Es decir, que hasta leyendo los subtítulos de las películas habladas en inglés, italiano, francés o cualquier otro idioma, la gente ligada con el cine se supone que debe elevar un tanto su nivel del dominio del idioma… sólo leyendo, porque es leyendo como se aprende a escribir… ¡no hay otra manera!

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