Para ir contra corriente

Para ir contra corriente

Madrid.  EFE.  No sé a ustedes, pero a mí casi me enternece ver el interés que los medios informativos y, a través de ellos, organizaciones de consumidores, médicos y especialistas en nutrición se toman estos días en proteger mis finanzas y mi salud de la teóricamente compulsiva ansia de consumo navideño.

Basta que se acerquen los festines de estos días para que en los medios proliferen consejos sobre cómo ahorrar en la compra, y algo más que consejos para que lo que comamos en estas fiestas no perjudique seriamente nuestra maltrecha salud.

Dejando aparte la falta de creatividad que lleva a que en las mismas fechas de cada año se repitan los modelos de diarios impresos o boletines audiovisuales con el mismo contenido, me pregunto el porqué de esta solicitud a fecha fija, justo cuando todos hacemos algún gasto extraordinario y algún exceso gastronómico en nombre de la tradición.

Se entrevista a cocineros del grupo de los mediáticos, que ofrecen una serie de recetas que nadie va a poner en práctica bien por su dificultad y complicación, bien porque a fuerza de ahorrar en la compra lo que se propone no es digno de una mesa festiva. Ojo: que ahora los chefs de este grupo afirman que todos los ingredientes tienen igual importancia. Sí, hombre, sí…

Por otro lado, los médicos y asimilados: cuidado con esto, con lo otro, con las grasas, con los triglicéridos, con el colesterol, con la glucosa, con el ácido úrico…

¿Por qué unos y otros no nos ofrecen fórmulas para ahorrar en, qué sé yo, el mes de febrero o el de octubre, así como recetas que cuiden nuestros parámetros clínicos en marzo o agosto? ¿Por qué ahora, que es cuando a todo el mundo le hace ilusión darse un homenaje y compartirlo con la familia? 

Rebelémonos. Yo les voy a proponer una receta para estos días que ni es ahorrativa ni es saludable: está riquísima. Es una sopa de vigilia, pero una gran sopa.

Ante todo, han de preparar el caldo base, con una zanahoria, un puerro,  y media cebolla, todo limpito y picado. Además, una ramita de apio, media hoja de laurel, perejil y unos granos de pimienta.    Añadan la cabeza de un rape (pejesapo) pequeño, mojen con media copa de vino blanco, rehoguen un poco y cubran con litro y medio de agua. Ha de cocer veinte minutos, pasados los cuales pondrán la sal necesaria y añadirán la cola del rape. A los diez minutos de cocción, retiren la cola,  y pasen lo demás por el colador, apretando bien.

En una cazuela con unas gotas de aceite y dos dientes de ajo, antes de que éste tome color, pongan un media libra de berberechos, que retirarán cuando  abran y  servirán de aperitivo. Cuelen el agua que suelten y añádanla al caldo.

Cuezan mientras una centolla de dos libras, extráiganle la carne y los “corales” y resérvenlos por separado. Pongan en una olla medio litro del caldo y añádanle 1.8 onzas de pan de maíz, previamente secado en el horno. Hagan cocer hasta que el pan se deshaga. Trituren y cuelen para obtener una crema muy ligera.    Ya está. Pongan en cada plato unos daditos de aguacate rociados con unas gotas de limón o pan.  

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