Para la agenda

Para la agenda

La práctica ha demostrado que las fuerzas sociales de este país tienen entre sus virtudes más notables la capacidad de dialogar y concertar. Que a fin de cuentas —y ahí están los hechos— siempre es posible revertir en consenso lo que en principio es contradicción y pugna.

La muestra más reciente de cuanto afirmamos anteriormente ha permitido remover los escollos que dificultaban un entendimiento en cuanto al tratado de libre comercio con los Estados Unidos y Centroamérica y la reforma fiscal.

Esto nos hace pensar que estas mismas fuerzas podrían, si se lo proponen, elaborar una agenda mínima de desarrollo que permita amortiguar los efectos económicos y sociales de la pérdida de empleos en las zonas francas y las condiciones que determinan que mucha gente tenga como única opción abordar una yola y tener suficiente valor para enfrentarse al peligro de una travesía furtiva hacia Puerto Rico, con sus consabidas consecuencias. Otros, más afortunados y menos osados, han tenido la oportunidad de incorporarse a la economía informal, con todas las dificultades y con escasas posibilidades de lograr ingresos que les permitan costearse un sustento más o menos digno de sus familias.

–II–

Pensamos que las fuerzas sociales y el Gobierno, con esa capacidad que les reconocemos, podrían unir sus esfuerzos para integrar un plan mínimo que permita atacar el alto índice de desempleo, mejorando la oferta de plazas de trabajo y, por ende, las condiciones de vida de muchas personas sin empleo.

Esta unión de esfuerzos es necesaria por muchas razones, entre las cuales hay que citar el desplazamiento de la mano obra dominicana por parte de inmigrantes haitianos contratados de manera libertina para trabajar en la agropecuaria y la construcción.

La cuestión es que nuestras fuerzas sociales deben al menos explorar posibilidades y elaborar iniciativas que incentiven la generación de plazas de trabajo.

Siempre que ha habido coyunturas delicadas o difíciles, ha sido posible encontrar salidas armoniosas y adecuadas, aún en momentos en que se ha llegado a temer por desenlaces inconvenientes en todos los sentidos.

Lo primero es que hay que tomar el aumento del índice de desempleo como una prioridad a enfrentar, pues desde todo punto de vista es una situación perjudicial para la economía en sentido general y con efectos muy negativos en el aspecto social.

Vamos a sacarle a esa capacidad de diálogo y concertación el mejor provecho posible, no sólo para asuntos coyunturales como los que recientemente han motivado consenso, sino también para hacerle frente a situaciones que de todos modos nos afectan a todos. Aprovechemos esa gran virtud.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas