Pese a que la moda es libre, la elegancia y el glamour se mantienen igual que en todas las épocas. Es una condición que permite a la mujer cautivar las miradas de sus congéneres, además de respeto y admiración.
Una elegancia que se manifiesta en cualquier prenda de impecable costura y estilo depurado, como éstas que invocan las románticas y excelsas noches de otoño.
La blusa blanca en seda con provocativa abertura adquiere una dimensión extraordinaria de simulada tentación, suavizada con un pantalón palazzo de talle alto y el porte desafiante de la percha.
El bustier ajustado en piel artificial juega extraordinariamente con un pantalón pitillo que se montó en el carrusel hace tiempo y que no contempla abandonar su lugar.
La clásica blusa de manga larga retorna en tono salmón con un toque estampado y, como detalle, una lazada que envuelve a la mujer en los años 20 y la retorna a la modernidad con una emblemática micromini color negro noche, tacos altos y tupidas medias negras.
Marisol Henríquez, reputada diseñadora dominicana e internacional, nos deleita con estos diseños muy apropiados para llegar a un gran salón en esas noches de otoño.