Para liberar la ansiedad… ¡Aprenda a respirar!

Para liberar la ansiedad… ¡Aprenda a respirar!

Si su cuerpo y su mente piden a gritos un extra de relajación, tiene la solución en sus pulmones: 1,2,3, respire… ¡y cálmese!

Las ventajas de respirar adecuadamente son las siguientes:

Sus células reciben un aporte extra de oxígeno, lo que las ayuda a funcionar mucho mejor.
Sus pulmones se ensanchan, aumentando su capacidad.
El corazón se fortalece; además, mientras respira, las pulsaciones disminuyen, lo que le da un “descanso”.
Respirar en calma aumenta la producción de serotonina, una de las hormonas responsables del bienestar.
Disminuyen los niveles de estrés y libera tensiones.
Aprende a armonizar cuerpo y mente, lo que le regala dosis extra de estabilidad y serenidad.

Brazos y hombros: han de estar relajados; para conseguirlo, imagine que le pesan mucho y “siente” cómo los deja caer.

Pulmones: sienta cómo el aire los llena al tiempo que lo traslada al abdomen.

Manos: puede dejarlas reposando sobre las rodillas o bien sobre el abdomen, para que note cómo se llena de aire cuando comience a respirar hondo.

Piernas: siéntese en el suelo, sobre una superficie cómoda y confortable (una alfombra mullida), y cruce las piernas en la posición del loto o de la manera que se sienta más a gusto.

Ojos: lo mejor es mantenerlos cerrados durante todo el rato que dura el ejercicio, así la concentración será mayor.

Nariz: tome una buena dosis de aire, el máximo que pueda, y reténgalo unos instantes.

Boca: exhale el aire por la boca lentamente, al tiempo que el abdomen vuelve a su posición normal.

Abdomen: que el aire inunde el abdomen; hinche la tripa lo que pueda; retenga el aire unos instantes antes de soltarlo.

Rodillas: trate de que las rodillas estén lo más pegadas al suelo, así estira, de paso, la cara interna del muslo.
Fuente: REVISTA PREVENIR

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