RAMÓN NÚÑEZ RAMÍREZ
Bajo el titulo “América Central: Integración mundial y cooperación regional” un equipo del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional, bajo la dirección de Markus Rodlauer y Alfred Schipke, publicaron en septiembre del 2005 un estudio que analiza los retos económicos y sociales de Centroamérica y la República Dominicana a la luz del tratado de libre comercio con los Estados Unidos.

En el segundo capítulo del trabajo, los autores analizan las consecuencias macroeconómicas del CAFTA-DR y comienzan con el flujo comercial, partiendo de la experiencia de México en el NAFTA y utilizando un modelo estático de equilibrio general de varios países, determinaron que las exportaciones de AC y RD podrían incrementarse en 28% tras la puesta en marcha del acuerdo.

Es importante destacar que en los ocho principales productos de exportación hacia los EU (2003) por un monto de US$16,862 millones, la RD ocupó el primer lugar con US$4,455 millones seguida por Costa Rica con US$3,362 millones. En términos de inversiones, los autores estiman el CAFTA potenciará el flujo de recursos gracias a la instalación de corporaciones multinacionales. El crecimiento económico fue medido mediante otro modelo estático que reveló la posibilidad de un crecimiento de 1.5% en el PIB regional.

El trabajo detalla el impacto de los choques externos e internos en la volatilidad económica de nuestros países y en base a un modelo VAR determinaron, entre otros hallazgos, que la RD presenta un nivel de sensibilidad a los choques externos menor al promedio de CA, sin embargo es mayor el impacto de los choques internos al promedio. EL CAFTA, basándose en la experiencia de México y otros estudios, podría contribuir a disminuir la volatilidad del producto en CA y RD.

En la parte del impacto macroeconómico los autores reconocen que los tratados de libre comercio pueden tener un efecto inicial adverso sobre los  más pobres, por lo cual recomiendan políticas que fortalezcan las redes de protección social.

En materia de liberalización comercial y coordinación tributaria los autores plantean que cada país en el tratado presenta su propio perfil de liberalización arancelaria. Sin embargo, estiman  en promedio la liberalización afectaría cada nación con una pérdida de ingresos fiscales por un monto del 0.2% del PIB ó un 2% del total de los ingresos tributarios. El estudio revela que sólo Honduras presentaba en el período 1994-2003 una presión tributaria superior a la RD (16.2% del PIB frente a 15.1%) mientras llama la atención a la caída en la tasa de productividad del IVA (ITBIS) en el cual la RD presenta una productividad de apenas 38% (sólo Nicaragua queda más bajo con 19%) frente a países como Costa Rica con una productividad de 71%. En esta área el estudio recomienda una mayor coordinación tributaria para evitar se genere una competencia feroz de concesiones tributarias para atraer la inversión extranjera.

El trabajo dedica todo un capítulo al tema de la sostenibilidad de la deuda definida como “una situación en la que se espera el prestatario pueda continuar atendiendo el servicio de sus deudas sin tener que recurrir en el futuro a una corrección desproporcionada en sus ingresos y gastos”. El estudio destaca que países con un coeficiente deuda publica/PIB superior al 50%, como es el caso de la RD, merecen especial atención  y al respecto, para calcular el grado de vulnerabilidad, utilizan la metodología del “valor en riesgo” para determinar la distribución de probabilidad del coeficiente deuda/PIB que sirve de variable representativa del grado de vulnerabilidad fiscal. El análisis resultó en un deterioro del coeficiente de deuda mayor para El Salvador, seguido por Guatemala, RD y Costa Rica. En el caso de nuestro país el estudio revela  el coeficiente de deuda podría elevarse de 54.3% a más de 60% con una probabilidad del 67%. El documento concluye recomendando la implementación de políticas, especialmente en el área fiscal, dirigidas a garantizar la sostenibilidad de la deuda en todos los países con excepción de Guatemala cuyo coeficiente es de apenas 20.1%. En el caso dominicano, en el 2000 el coeficiente de deuda apenas rondaba el 23%. Sin embargo, el endeudamiento irresponsable del gobierno pasado, contando con un Congreso complaciente, nos coloca en el selecto círculo de países del área que deberán hacer ajustes fiscales para garantizar el servicio de la deuda.

En el aspecto de la integración regional y los sistemas financieros los autores dedican un recuadro a  la crisis financiera de la RD en el 2003 y el desarrollo de la reforma bancaria a partir del acuerdo con el FMI. El estudio enfatiza para toda la región la necesidad de profundizar la reforma financiera y avanzar en la supervisión consolidada tanto a nivel interno como regional.

El trabajo abarca otros aspectos como los regímenes cambiarios y la lucha contra la pobreza pero es reiterativo en la necesidad de implementar reformas económicas y sociales que fortalezcan la institucionalidad para aprovechar las ventajas del CAFTA.

La implementación en el menor de tiempo de esas reformas será posible en los países con un Poder Ejecutivo que trabaje en armonía con el Legislativo, y, en el caso dominicano,  las elecciones del próximo 16 de mayo representan la oportunidad de contar con un Congreso más equilibrado y proactivo en aprobar el conjunto de reformas dirigidas a aprovechar las ventajas y minimizar los impactos negativos del CAFTA.