¿Para qué?

¿Para qué?

BONAPARTE GAUTREAUX PIÑEYRO
Uno se pregunta si el gobierno seguirá jugando al caos o si hay alguna cabeza fría, pensante, con antecedentes sobre la conducta dominicana, que le permita ver que llevan el país, como caña pa’l ingenio. Aumenta el cúmulo de problemas a los cuales no se les busca solución. Es como si el tronco fuera tan grueso que para ver hacia delante hay que echarse a un lado a ver si se ve una minúscula partícula de polvo a la distancia.

En todos los aspectos de la vida nacional hay graves problemas inatacados, de los cuales no se habla o se soslayan de otro modo, como si siempre fuera bueno dejar que los problemas crezcan indefinidamente porque algún día surgirá una solución mágica.

Mientras muchos intentaron desatar el nudo gordiano, Alejandro Magno no se molestó: sacó su espada y dio un solo corte. En lo adelante fue el hombre que desató el nudo gordiano. Ahora, en este momento, la nación anda como un barco que hace agua por distintos puntos de la nave y la velocidad de achique no basta para evitar el hundimiento progresivo.

Sin que se haya resuelto un solo problema, el gobierno se empeña en echar la culpa de todo lo que ocurre en el país a la pasada administración del ingeniero Hipólito Mejía. La campaña interna del Partido de la Liberación Dominicana por la nominación presidencial fue un acontecimiento muy importante.

Lo llevo dicho desde hace mucho tiempo: el PLD no es ni peor ni mejor que los demás partidos dominicanos, ya que la materia prima que lo constituye es la misma de las demás organizaciones políticas.

La gente del PLD tiene las grandes virtudes y los graves defectos de los dominicanos. Aunque piensen lo contrario: ni son mejores, ni son peores.

Las quejas, declaraciones, denuncias y señalamientos de Danilo Medina son un rosario de bajezas de las que acostumbra a cometer la gente del PLD cuando busca el poder o trata de mantenerlo.

¿O acaso piensa usted que Danilo Medina desconoce cuáles son los métodos y las tácticas, los manejos y las triquiñuelas que aprendieron sobre la marcha hasta llegar al alzamiento de brazos de Juan Bosch, Balaguer y Leonel Fernández, acompañados por Jaime David Fernández?

Quizá no se dan cuenta de que el país anda mal, porque como dice el pueblo: a ellos les va muy bien; han conseguido casas, fincas, buenos vehículos, tienen cuentas bancarias a nombre de familiares y ahorros que nunca podrán explicar.

Lástima que la corrupción sea un velo que se presta de un partido a otro.

Ese cobro de impuestos de dineros que se desconoce en qué cubicación alterada se queda, o en cuál contrato de servicios o en el elevado sueldo de quién se dispendia, les va a salir caro.

Siempre recuerdo que tanto va el cántaro al agua hasta que se rompe.

Mientras no hay agua potable, energía eléctrica permanente, confiable y a precios reales, los combustibles no sirven para el desarrollo sino para cobrar impuestos, las escuelas carecen de todo y los hospitales también, mientras, el gobierno sigue aumentando y cobrando tributos sin que se mejore uno solo de los servicios públicos imprescindibles.

Siempre estamos en una encrucijada, siempre andamos cuesta arriba, siempre participamos en una carrera con obstáculos. La consigna es no desmayar.

Siempre pasan los malos gobiernos.

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