Existen evidencias que el canje de libros y revistas vitalizó una red de feministas y sufragistas de vanguardia hace un siglo, desde Valencia hasta Argentina; desde Costa Rica a Portugal, en lo que se le llamó «feminismo profesional» o la estrategia de vindicar por la ciudadanía plena a través de obras impresas.
Aquí, en San Pedro de Macorís, desde la calle José Reyes número 10, Petronila Angélica Gómez, Consuelo Montalvo de Frías y María Luisa Angelis Canino, impulsaron estos intercambios de forma tal que en cada número de Fémina publicaban los libros recibidos de las redes transatlánticas y anunciaban las veladas de lecturas en los ateneos.
Así, a través de títulos como «La verdad sobre el matrimonio», de Sofía Villa de Buentello (1924); «Ifigenia», de Teresa de la Parra (1928); «Vida incompleta», de Elena de Arismendi (1928), o «La Mujer», de Severo Catalina (1939), se logran reconstruir las ideas que movilizaron el «sufragismo de vanguardia», y con este la ciudadanía de nosotras, las dominicanas.
Como señalamos, esa forma de hacer redes impulsó desde el affidamento a las feministas italianas a crear la mítica «Librería de Milán», desde 1975. En ese centro de pensamiento se continúan abordando las corrientes epistemiológicas del feminismo de la diferencia, centradas en la construcción de nuevas relaciones entre las mujeres y en su resimbolización y «parler femme».
De hecho, se articula con una praxis energizante: la «marea verde» argentina que se expande por todo el hemisferio.
Pronto, en plena primavera, cuando se conmemorarán 79 años de que las dominicanas logramos obtener la ciudadanía, tras una década de ejercicio de derechos subjetivos, la plataforma digital República Fémina, que hemos co-creado junto a la pensadora e intelectual Ylonka Nacidit-Perdomo, abrirá la «Librería de Mujeres Amelia Francasci», para retomar el accionar de las «sufragistas de vanguardia» dominicanas, ante la necesidad de continuar vindicando derechos civiles y políticos.
Amelia Francasci (1850-1941) es la primera novelista dominicana autora de «Madre culpable. Novela original» (1892), y «Francisca Martinoff. Drama íntimo» (1901), de esta última se celebra el 120º de su edición, en este 2021. Constan múltiples veladas en Fémina sobre la lectura de las producciones de Francasci.
Retomar a nuestras pioneras es hacer praxis desde el feminismo de la diferencia, es colocar el pensamiento de las sufragistas al alcance de nuevas generaciones de mujeres que deberán librar nuevas batallas; es asumir re-narrar a la madre, sin los atisbos y ocultamientos inducidos desde la Historia Oficial.
La librería Amelia Francasci retomará accionar sufragistas de vanguardia
Amelia Francasci (1850-1941) es la primera novelista dominicana
Apertura coincide con los 79 años de ciudadanía de las dominicanas