Para un PLD moderno, militancia de calidad

Para un PLD moderno, militancia de calidad

Cuando el ex presidente de la República, Dr. Leonel Fernández, se refirió a la necesidad de modernizar el PLD, lo hacía conociendo el papel activo que la sociedad no partidista empieza a jugar en decisiones importantes del país.

 EI florecimiento de grupos sociales surgidos como producto del agotamiento de la partidocracia dominicana, es una realidad incuestionable que cada día gana espacio y compite en propuestas y acciones can los partidos políticos, tanto con los del sistema tradicional, como can los autodenominados de izquierda.

Esa realidad no puede ser ignorada, mucho menos despreciada, porque constituye una expresión social que ya desconfía de los partidos y los políticos como interlocutores viables en la solución de problemas vitales. Si los partidos no se dinamizan y actualizan, que sería lo que el Dr. Leonel Fernández ha Ilamado modernizar, corren el grave peligro del agotamiento, y par ende, su sustitución par estos nuevas interlocutores validos. Esta preocupación del ex presidente Fernández debe producir una revolución interna en el PLD, porque hacer las transformaciones necesarias para colocar a dicho partido en la Sociedad del Siglo XXI, amerita, como lo he expresado en entregas anteriores, una gran voluntad política de quienes tienen la mayor responsabilidad dirigencial en ese partido.

Para producirse la transformación necesaria, el PLD debe observar algunos aspectos, unos relacionados con su accionar como conglomerado y otros relativos a su militancia. Practicas que hace unos pocos años eran consideradas validas para el ascenso al poder, hay se han convertido en la principal fuente del achicamiento experimentado por el PLD en los últimos procesos electorales. Debe re-direccionar su política de alianzas con fuerzas minoritarias, ya que experiencias de las últimas elecciones generales indican clara- mente que estos partidos minoritarios, en su gran mayoría, se nutren de la militancia  peledeísta.

 En los últimos procesos electorales se ha creado el mercado de los partidos minoritarios, donde muy pocos tienen presencia social propia, y la que los tienen es muy frágil. Ese mercado ha contribuido al deterioro de la calidad política de la militancia peledeísta. EI trasiego de votos entre el PLD y la mayoría de esos partidos minoritarios aliados, no es fortuito ni gratuito, tiene actores y precios en ese mercado que hemos indicado. Cuando a un dirigente del PLD se le conquista para canalizar votos a favor de una de estas fuerzas minoritarias aliadas, votos que en su origen iban destinados al PLD, se está lacerando la calidad de esa militancia y por ende, del propio PLD.

 No puede haber modernización del PLD can una militancia que no valore la trascendencia de la fidelidad y lealtad partidaria. Juan Bosch creó un partido donde el orgullo peledeísta era una marca indeleble. Hay que retornar a la creación de liderazgos firmes si se quiere insertar al PLD en la sociedad del Siglo XXI, porque esa masa social que hay busca otros representantes distintos a los partidos tradicionales, repele conductas como las indicadas en párrafos anteriores. La política es mucho más que un mercado de compra y venta de voluntades, y es responsabilidad de los  partidos políticos inculcar valores como estos a su militancia.

Una militancia política que solo está a la espera del próximo proceso electoral para ver lo que le toca, no está en condiciones de sostener un partido moderno, un partido para la Sociedad del Siglo XXI. Si la elite del PLD asume las intenciones modernizadoras de su presidente, debe empezar a dar los pasos necesarios para construir una nueva militancia dirigencial, que rescate el orgullo peledeísta por sobre todas las cosas. Para ello hay que dar un fuerte giro a la conducción de la organización, retornar a algunos fundamentos del origen del PLD que sospechosamente fueron abandonados, y para muestra un batón: la educación política. Increíblemente en el siglo del conocimiento y la educación, el PLD abandonó sus programas educativos, garantes de una militancia de calidad que nunca se hubiese prestado a mercadear los votos de su partido. No puede haber PLD moderno con una dirigencia y militancia sin formación política.

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