Para vivir en armonía con la naturaleza

Para vivir en armonía con la naturaleza

JOSÉ ENRIQUE BÁEZ UREÑA
Desde mi infancia percibí la importancia y el valor de los recursos naturales, aún sin tener nociones científico-técnicas sobre el ambiente campestre en que crecía.

La naturaleza fue un pilar fundamental para que un agricultor «echa días» y una simple ama de casa levantaran una familia de nueve hijos, apegados a los más sanos principios espirituales y de convivencia con el prójimo. El amor y el respeto a la vida en su conjunto, a la naturaleza y al medio ambiente, que nos inculcaron nuestros padres, nos hicieron defensores ambientales desde muy niño.

Precisamente hoy, cuando la permanente disminución de las aguas dulces, los bosques y los suelos fértiles anuncian a la tierra un destino de erial, garantizar la más óptima calidad ambiental en los espacios donde crece la vida, deberá ser una responsabilidad individual y colectiva.

Es impostergable rescatar y revalorizar la mejor y más útil herencia que podemos dejar a nuestros descendientes: un medio ambiente limpio, con abundantes recursos naturales, manejados con criterio de sostenibilidad ecológica, en el marco de un desarrollo humano signado por el respeto a la vida, la paz, el bienestar colectivo y la armonía con la naturaleza.

El desarrollo humano no se contrapone a la armonía que debe primar en la relación naturaleza-sociedad. La supuesta contradicción existente entre el progreso y el equilibrio ecológico, sólo existe en la medida en que el individuo y la sociedad que lo encarna propician la explotación y el derroche individual desmedido de los bienes que nos brinda la naturaleza. Para aquellos que sólo persiguen lucrarse de los recursos naturales y el ambiente, sin respetar las particularidades de los procesos y leyes que rigen en la naturaleza, es obvio que no es posible armonizar sus ambiciones y su estilo de vida consumista-irracional con la vida natural.

Todo el planeta está en la actualidad bajo los efectos perturbadores del calentamiento global, que de manera irresponsable ha sido generado por la propia humanidad, como resultado de un «desarrollo» económico material basado en un modelo de producción y consumo irracional que se opone al desarrollo humano en armonía con las particularidades y posibilidades bio- productivas de la naturaleza.

Ya en la época antigua, Zenón en su obra «De la naturaleza humana» nos dice que la meta final del ser humano debía ser vivir en unidad y armonía con la naturaleza.

Entendemos que para vivir en unidad y armonía con la naturaleza es imprescindible asumir la siguiente estrategia:

1ro.- Plasmar en nuestra Carta Magna la visión definitiva de nuestra nación sobre la gestión, manejo y uso sostenible  de nuestros recursos naturales, así como también consignar la soberanía total sobre los recursos genéticos de flora y fauna existentes en el territorio dominicano.

2do.- Impulsar el desarrollo de las tecnologías necesarias para el óptimo aprovechamiento de las energías saludables que nos brinda la naturaleza a través del sol, el agua y el viento, garantizando así la limpieza y salud del planeta a futuro.

3ro.- Propiciar la adopción y de sarrollo de un programa nacional de reducción progresiva del uso de energía dañina o no renovable.

4to.- Impulsar un nuevo enfoque en los contenidos de la Educación Ambiental, de modo tal que propiciemos la  modificación paulatina de los patrones de consumo actuales de nuestra población, asegurando a futuro una relación armónica con la naturaleza, basada en el uso  racional de los recursos que esta nos brinda.

5to.- Promover la salud ambiental desde la perspectiva de una  práctica cotidiana y un estilo de vida responsable y consciente del impacto individual y colectivo de cada uno  de nuestros actos en el medio ambiente en que nos  desarrollamos, de cara a modificar nuestra conducta y  fortalecer los valores éticos   morales que han de  armonizar las relaciones naturaleza   sociedad.

6to.- Promover alianzas estratégicas de todos los sectores de la sociedad en campañas nacionales permanentes para reducir la contaminación por ruidos, desechos sólidos,  gaseosos y líquidos; para reforestar el país y para proteger nuestra flora, fauna y biodiversidad en general.

7mo.- Generar una dinámica de participación colectiva en el  desarrollo de propuestas, proyectos y programas que procuren la solución de problemas ambientales de carácter local, regional y nacional.

Es importante que nuestro pueblo en general y nuestra clase política en particular entiendan que el progreso en armonía con la naturaleza es un reto difícil, pero posible y necesario.

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